Los expertos auguran un nuevo orden económico basado en el equilibrio de los tres grandes bloques

El nuevo orden económico mundial no tendrá un país o un bloque dominante, sino que los tres líderes actuales tenderán hacia el equilibrio sobre la base de una expansión en sus áreas de influencia. Éstas son algunas de las conclusiones que van surgiendo en los debates de¡ World Economic Forum en la ciudad suiza de Davos. Tres de las figuras políticas que copresiden el foro, Henry Kissinger, Paul Volcker y Raymond Barre, coincidieron ayer al apostar por un modelo con nuevos centros de poder económico y unas relaciones internacionales basadas en la igualdad de poder.

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El nuevo orden económico mundial no tendrá un país o un bloque dominante, sino que los tres líderes actuales tenderán hacia el equilibrio sobre la base de una expansión en sus áreas de influencia. Éstas son algunas de las conclusiones que van surgiendo en los debates de¡ World Economic Forum en la ciudad suiza de Davos. Tres de las figuras políticas que copresiden el foro, Henry Kissinger, Paul Volcker y Raymond Barre, coincidieron ayer al apostar por un modelo con nuevos centros de poder económico y unas relaciones internacionales basadas en la igualdad de poder.

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Las discusiones del World Economic Forum entraron en la recta final, en la que los expertos de todo el mundo empiezan a sacar sus conclusiones. A pesar del pesimismo inicial, políticos, empresarios y economistas intentan sacar provecho de unas reuniones en las que se han registrado numerosas peticiones de ayuda por parte de los países en vías de desarrollo o de Estados en situación difícil. Entre los empresarios que asisten a esta ciudad suiza se mantiene una gran cautela sobre las perspectivas de inversión, aunque algunos son favorables a invertir en estas áreas de riesgo. "Los momentos de crisis son los mejores para hacer buenos negocios", dijo un economista norteamericano.

Lo que sí tienen claro prácticamente todos, es que los cambios que se han producido asta ahora no son más que el principio de una auténtica revolución que habrá concluido antes de fin de siglo, en la que los centros de poder sufrirán cambios importantes.

El ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger explicaba ayer en una reunión con periodistas que "el mundo siempre ha funcionado entre el equilibrio y la dominación, pero en el sistema actual no hay ningún país que pueda ejercer su dominio sobre el resto. Vamos hacia un liderazgo por sectores o áreas de influencia". Kissinger sintetizaba así los largos debates que se han venido celebrando. En ellos, los expertos han apostado por una expansión de los bloques hacia sus áreas geográficas naturales.

La firma del acuerdo sobre comercio en Norteamérica (NAFTA) abre nuevas vías de colaboración con Latinoamérica, mientras que la evolución de la CE hace pensar en un gran mercado de 50 países a medio plazo y el desarrollo de pequeños Estados del Pacífico afianza la expansión económica de Japón y sus vecinos.

Sobre este aspecto, el ex primer ministro de Japón, Noboru Takeshita, había sido tajante en su intervención en días pasados: "La región asiática se ha convertido ya en una fuente de estabilidad política y económica y antes del año 2010 habrá superado el nivel de vida de la Comunidad Europea y Estados Unidos. Takeshita explicó que el grupo de países del Pacífico caminaban a buen ritmo hacia su integración en un gran bloque de poder económico, en el que pronto se integrarán Australia y algunos Estados del sureste asiático.

En cuanto al futuro de Europa y su papel en ese nuevo orden económico mundial, los representantes de los países miembros de la CE -que han sido minoría este año- no han apostado demasiado por una rápida salida de la crisis. El exprimer ministro francés Raymond Barre explicaba ayer en conferencia de prensa que tres de las cuatro áreas de mayor preocupación del mundo están precisamente en Europa: la antigua URSS, la zona de los Balcanes y Centroeuropa.

La inestabilidad política y económica de estas zonas y el consiguiente peligro de enterrar fuertes cantidades de dinero en su reconstrucción preocupan a los empresarios y políticos comunitarios. Los sacrificios que deberán hacer los Doce, y sus vecinos de la EFTA, para conseguir la convergencia económica han sido también motivo de pesimismo, así como las previsiones de aumento de emigrantes procedentes del Este europeo y del Magreb.

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