Yeltsin reaparece para calmar a la Armada de la CEI

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, volvió ayer a dar señales de vida después de hallarse en paradero desconocido durante dos días. Su reaparición se produjo a centenares de kilómetros de Moscú, en un buque de la flota del mar Negro, lo que inmediatamente se interpretó como una muestra clara de la voluntad rusa de no ceder esos navíos a Ucrania. Algunos indicios, sin embargo, apuntan a que tanto la desaparición como el precipitado viaje al sur se deben en parte a un aumento de la intranquilidad militar, especialmente de la Armada.El comandante de la Armada de la Comunidad de Estados Indepen...

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El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, volvió ayer a dar señales de vida después de hallarse en paradero desconocido durante dos días. Su reaparición se produjo a centenares de kilómetros de Moscú, en un buque de la flota del mar Negro, lo que inmediatamente se interpretó como una muestra clara de la voluntad rusa de no ceder esos navíos a Ucrania. Algunos indicios, sin embargo, apuntan a que tanto la desaparición como el precipitado viaje al sur se deben en parte a un aumento de la intranquilidad militar, especialmente de la Armada.El comandante de la Armada de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), almirante VIadírnir Chernavin, presentó días atrás a Yeltsin un plan de reorganización de la flota que, según fuentes militares, habría alarmado al presidente.

Tal proyecto parece que prevé un tipo de estructura similar a la que tenía la flota antes de la Revolución de Octubre, lo que le otorgaría una mayor autonomía del poder político. El general VIadírnir Lóbov fue destituido el pasado 7 de diciembre a instancias del general Yevgueni Sháposhrilkov, entonces ministro de Defensa de Mijaíl Gorbachov, precisamente por propugnar algo parecido para el conjunto de las Fuerzas Armadas: aumentar la autonomía militar mediante el reforzamientó del Estado Mayor y la clara separación de su estructura de la del Ministerio.

Golpe de fuerza

El almirante Chernavin se trasladó el fin de semana al Mar Negro y el lunes por la noche hizo lo propio el presidente Yeltsin, acompañado del mariscal Sháposhrilkov, actualmente comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Comunidad de Estados Independientes.Todos ellos se reunieron ayer a bordo del crucero Moskva, junto al comandante de la flota que se disputan rusos y ucranios, el almirante Igor Kasatónov. El punto de la costa al que llegó el lunes Borís Yeltsin fue Novorossiisk, un puerto mucho peor y con instalaciones bastante más deficientes que el de Sevastópol, situado en Ucrania, pero que es el que mejor podría servir de base a la flota en el caso de que Rusia diera un golpe de fuerza y se quedara con ella.

Un segundo indicio que apunta hacia un fuerte debate en la cúpula militar es la no concreción del cambio de estrategia militar en la fecha prevista. El propio Yeltsin anunció el sábado pasado por la cadena norteamericana de televisión ABC que el lunes iba a hacer ese anuncio, pero en esa fecha no sólo desapareció sino que sus ayudantes comunicaron que ayer no iba a presidir la inauguración de la Conferencia de Paz de Oriente Próximo.

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