CRISIS EN EL MAGREB

Revolución moral y desafío militar

El programa del FIS propugna la reforma de todos los órganos de poder

F. S. El programa de Gobierno de la principal organización integrista argelina, el Frente Islámico de Salvación (FIS), propugna la reforma de todos los organismos de poder de Argelia (presidencia de la república, Gobierno, provincias y municipios) para acabar de esta manera con el despotismo y la corrupción, adecuando esta reestructuración a los textos coránicos. Asimismo, el FIS establece, al final de su programa, la reforma del Ejército y la creación de una industria militar "capaz de hacer frente a los retos de la civilización" que se avecina.

El documento, sin embargo, no plantea pr...

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F. S. El programa de Gobierno de la principal organización integrista argelina, el Frente Islámico de Salvación (FIS), propugna la reforma de todos los organismos de poder de Argelia (presidencia de la república, Gobierno, provincias y municipios) para acabar de esta manera con el despotismo y la corrupción, adecuando esta reestructuración a los textos coránicos. Asimismo, el FIS establece, al final de su programa, la reforma del Ejército y la creación de una industria militar "capaz de hacer frente a los retos de la civilización" que se avecina.

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El documento, sin embargo, no plantea propuestas alternativas claras, aunque habla de dos formas islámicas de administración: la instauración de un régimen de shura y la rehabilitación de la hisba.La shura es, por definición, un consejo consultivo y fue instaurada por el profeta Mahoma para tomar decisiones concernientes a los procesos bélicos. Un sistema de shura gobierna actualmente el Frente Islámico de Salvación pero, con anterioridad, este instrumento ha estado supeditado a las decisiones y directrices de sus líderes. La ambigüedad de la shura, a caballo entre el poder de decisión y la consulta, se incrementa por el hecho de que sus núembros acceden al consejo por la vía de la cooptación.

La instauración del régimen de la hisba, el otro instrumento administrativo propuesto por el FIS, es también, según los especialistas, imprecisa y ambigua. Los especialistas en islam aseguran que la hisba significa "dar cuenta de lo que se hace", y está íntimamente vinculada con la reinstauración de la figura del muhtasib, una especie de policía moral que tiene como -Misión controlar no sólo las actividades sociales sino también las profesionales y comerciales, impartiendo justicia de forma personal, directa e inmediata en el mismo escenario de los hechos.

La instauración de esta policía moral, recuerdan los especialistas, fue utilizada durante los primeros anos de la revolución iraní y permitiría aquí en Argelia la disolución de la Gendarmería Nacional, considerada por el FIS como uno de sus enemigos directos. La desaparición de la Gendarmería ha sido propugnada claramente y acompañada de epítetos por los máximos dirigentes de la organización en bastantes de sus discursos. En sus manifestaciones, los oradores del FIS reclaman que el dinero ahorrado por la disolución de esta policía sirva para pagar pensiones y salarios a las mujeres que abandonen su empleo y trabajen en casa, reduciendo así el desempleo.

Otro aspecto importante y candente del programa del Frente Islámico de Salvación es el referido al Ejército. El tema es abordado con cuidado y delicadeza para no herir susceptibilidades ni agudizar la polémica en la -que se encuentran sumidos partido y militares. A pesar de todo ello, el FIS propugna con claridad la reforma global del Ejército, empezando por la instrucción militar, que, en su opinión, debe tener un componente religioso y moral. "La fe debe ser la primera virtud del soldado", asegura el programa. Industria militar potente

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Pero al hablar del Ejército y de su reforma moral, propugnan también la construcción y potenciación de una industria militar capaz de hacer frente a los desaflos de la civilización que nos espera. El FIS se compromete asimismo a potenciar la investigación en este campo.Junto a estos principios, de los que podría derivarse un concepto desarrollista del Ejército, se encuentran otros elementos más populistas, como es la reducción del servicio militar a seis meses.

En el sector agrario, el FIS propugna el fin de la nacionafización-de las tierras y la redistribución de las propiedades, en un intento de potenciar la agricultura y llegar a la autosuficiencia en el campo de la alimentación.

Esta redistribución favorecerá a los militantes, según se establece en el programa. Transfórmar el Sáhara en un vergel, construir una nueva capital en el interior del país y fomentar una "industrialización industrializante" son otros aspectos del programa.

En sanidad pública y en educación, el FIS habla de la construcción de nuevos ambulatorios y de instalaciones escolares y universitarias que hagan posible la separación de los sexos. Pero en el texto se aprecia claramente un elemento que será sin duda muy polémico, así cuando se asegura sin paliativos que el partido "combatirá a los depravados y libertinos", considerados por la religión y por la ciencia como grupos de alto riesgo en la transmisión de enfermedades venéreas, tales como la sífilis y el sida.

La creación de bancos islámicos, sin intereses ni réditos, la revisión de la política fiscal para introducir el impuesto religioso o zakat, la supresión de los monopolios y la libertad total de comercio son otros aspectos del texto programático.

El gas y el petróleo

No hay, en cambio, en los 16 folios de su programa escrito nada relativo a la explotación de hidrocarburos. Pero este vacío ha sido aclarado con creces por el propio dirigente del FIS Abassi Madani a los responsables de los Gobiernos occidentales, a los que, en conversaciones privadas, ha tranquilizado, asegurándoles que les continuará vendiendo el gas y el petróleo. No en vano, el 90% de los ingresos del futuro Estado islámico depende, como ahora, de la venta de los productos energéticos al exterior.

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