Un juez absuelve a una médica de estafa porque 'la rivalidad biológica por un varón' justifica su conducta

El Juzgado de lo Penal número 7 de Valencia ha absuelto a una médica que se apropió e hizo uso, por una cantidad cercana al medio millón de pesetas, de una tarjeta de crédito propiedad de una enfermera que mantenía relaciones sentimentales con un antiguo amante suyo, al considerar que su conducta pretendía "reivindicar" el "ser amado" y no obtener algún tipo de lucro personal. El juez Antonio Jesús Nebot de la Concha cree que la "rivalidad biológica por un varón" es suficiente para despenalizar la conducta de un falsificador.

El fiscal acusaba a la médica de la residencia sanitaria La F...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Juzgado de lo Penal número 7 de Valencia ha absuelto a una médica que se apropió e hizo uso, por una cantidad cercana al medio millón de pesetas, de una tarjeta de crédito propiedad de una enfermera que mantenía relaciones sentimentales con un antiguo amante suyo, al considerar que su conducta pretendía "reivindicar" el "ser amado" y no obtener algún tipo de lucro personal. El juez Antonio Jesús Nebot de la Concha cree que la "rivalidad biológica por un varón" es suficiente para despenalizar la conducta de un falsificador.

El fiscal acusaba a la médica de la residencia sanitaria La Fe de Valencia Providencia García Pastor de dos delitos, uno continuado de falsificación y otro de estafa, mientras que la acusación particular añadía otro de hurto. La sentencia fue dictada el pasado mes de octubre.La venganza que preparó Providencia contra Amparo Domínguez Castaño no fue sangrienta, tampoco económica, a decir del juez, sino mucho más sutil, tanto que escapa de la tipificación penal.

Providencia había mantenido relaciones amorosas con Orlando, un médico valenciano que trabajaba, al igual que la denunciante, en el hospital de La Fe. Sin que consten las razones, ambos rompieron el idilio, pero con consecuencias desiguales. Orlando inició una nueva relación amorosa con una enfermera del mismo hospital, Amparo, mientras que Providencia quedó sola.

Amparo, sin embargo, no debió confiar plenamente en la fidelidad del médico, pues en más de una ocasión telefoneó sin darse a conocer a Providencia a su casa y trataba de sonsacarle si estaba sola o acompañada.

Según deduce el juez Nebot de la Concha, ante la insistencia de las denuncias telefónicas y los sentimientos no apagados hacia el médico, Providencia tramó un curioso correctivo, Ilevada por los celos, por un querer olvidar su pasado y que la dejaran en paz, y con ánimo de revancha".

Doble compra

El pasado 6 de febrero fue a los vestuarios del hospital, forzó la taquilla de Amparo, le abrió el bolso y se adueñó de una tarjeta de compras de unos grandes almacenes. Luego se dirigió a dos edificios de los mismos y realizó compras por valor de 243.810 pesetas, que se llevó a su domicilio de Silla.Dos días después adquirió nuevos efectos valorados en 181.345 pesetas. Esta compra fue cancelada en los mismos almacenes, después de que los empleados sospecharan sobre la identidad de la propietaria de la tarjeta. Todos los objetos de la primera compra fueron recuperados por el comercio, a excepción de unas bragas, valoradas en 675 pesetas, y unos zapatos, que ya había usado.

Según el juez, el hecho de que de todo lo adquirido no se pudieran devolver las bragas y los zapatos confirma la razón sentimental del delito, ya que ambos objetos "encarnan en la concepción freudiana, y según el médico forense, símbolos sexuales".

La sentencia, en cambio, no determina el simbolismo de la segunda de las compras hechas por Providencia: gafas graduadas por valor de más de 180.000 pesetas. Providencia utilizó 17 talones de ventas que firmó con el nombre de su rival, Amparo. El juez considera que los hechos probados pueden ser "objetivamente" constitutivos de delito, pero luego precisa que no mediante unos intrincados argumentos de índole sentimental.

"El ser humano", dice el juez, "a lo largo de su historia, está señalado, caracterizado y dibujado por su relación con el amor y el desamor, y en este campo los celos tienen un protagonismo esencial, al igual que sus consecuencias: el propio fracaso personal". El magistrado Nebot de la Concha asegura que la conducta de la acusada tuvo un carácter "reivindicativo ante la pérdida del ser amado, cualquiera que sea y en el ámbito que alcance tal denominación, a la que se añade ese "querer olvidar y rehacer la vida, propio y característico de quien ama, o amó, y en todo caso sufre y quiere dejar de sufrir". Para mayor claridad, el juez Nebot añade que "es evidente que lo que se hace y se hizo no está imbuido de tal idea", y, por tanto, cuanto realizó Providencia no es "sino revancha, no tiene otro ánimo que el propio de tal pérdida, por culpa de otra persona y del olvido referido". Estos impulsos nada tienen que ver, alega el juez, con el ánimo de lucro en la estafa ni con la "conciencia de falsificación".

La fuerza del cariño

"Esas dobles relaciones amorosas, así como la existencia de llamadas anónimas ( ... ), pone de relieve ese componente de rivalidad biológica por un varón que, unido a las llamadas referidas, lleva al sujeto activo a una situación límite". Finalmente absuelve a Providencia "con todos los pronunciamientos favorables". La fuerza del cariño, pues, imperó sobre la ley.

Archivado En