Tengo la seguridad

Últimamente nos están bombardeando con información sobre el fraude en el IVA, el cual, dicen, puede ascender a más de 40.000 millones de pesetas. Encomiable la labor de los perseguidores y descubridores de dicho fraude; los felicito y me felicito porque supongo que en el reparto de los citados miles de millones que alguien no pagó, algo menos me tocará pagar a mí.Ahora bien, tengo la seguridad de que este asunto es como el árbol que no nos deja ver el bosque, porque ¿quién no ve todos los días pequeños fraudes (no extender facturas por servicios, cobros y pagos en efectivo, etcétera) que, suma...

Últimamente nos están bombardeando con información sobre el fraude en el IVA, el cual, dicen, puede ascender a más de 40.000 millones de pesetas. Encomiable la labor de los perseguidores y descubridores de dicho fraude; los felicito y me felicito porque supongo que en el reparto de los citados miles de millones que alguien no pagó, algo menos me tocará pagar a mí.Ahora bien, tengo la seguridad de que este asunto es como el árbol que no nos deja ver el bosque, porque ¿quién no ve todos los días pequeños fraudes (no extender facturas por servicios, cobros y pagos en efectivo, etcétera) que, sumados día a día y multiplicados por el ingente número de ciudadanos que los practican no suponen una cantidad -seguramente- mucho mayor que la del fraude del IVA?

En todo caso, los nuevos ricos (léase asalariados que cobramos todo nuestro salario a través de una nómina) seguiremos declarando una base imponible del IRPF, superior dos o tres veces a la declarada por empresarios, profesionales, etcétera; los nuevos ricos seguiremos teniendo que empeñar los ingresos del resto de nuestra vida para poder adquirir una vivienda, mientras que los anteriormente mencionados empresarios, profesionales, etcétera, se pueden permitir pagarla a tocateja, eso sí, con el precio de adquisición debidamente devaluado.

Conclusión. En este país, el que no defrauda es porque no quiere, ¡o será que no puede ... !-