La deforestación indiscriminada agravó el desastre causado por las inundaciones en Filipinas

La indíscriminada e ilegal deforestación de una gran parte de las montañas que rodean Ormoc y otras poblaciones de la isla filipina de Leyte, más seis horas seguidas de intensas lluvias tropicales y la subida de la marea tras el paso del tifón Thelma, fueron los tres factores principales que contribuyeron a disparar la relación de pérdidas materiales y humanas durante las dramáticas inundaciones del martes pasado en el sureste del país. El talado y mal trato de los bosques en Filipinas, denunciado también por los ecologistas en Indonesia, Malaisia, Papua Nueva Guinea y Tailandia, ha sido de ta...

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La indíscriminada e ilegal deforestación de una gran parte de las montañas que rodean Ormoc y otras poblaciones de la isla filipina de Leyte, más seis horas seguidas de intensas lluvias tropicales y la subida de la marea tras el paso del tifón Thelma, fueron los tres factores principales que contribuyeron a disparar la relación de pérdidas materiales y humanas durante las dramáticas inundaciones del martes pasado en el sureste del país. El talado y mal trato de los bosques en Filipinas, denunciado también por los ecologistas en Indonesia, Malaisia, Papua Nueva Guinea y Tailandia, ha sido de tal envergadura que las reservas forestales bajaron de cerca de 17 millones de hectáreas en 1940 hasta 6,8 en la actualidad.

El senador Aquilino Pimentel pidió a los familiares de los cerca de 7.000 muertos o desaparecidos en las islas de Leyte y Negros que ocupasen las residencias de los madereros ilegales y las sedes de las compañías implicadas en el contrabando. "Debemos manifestar nuestra indignación frente a aquellos que, movidos por su ambición y, fáciles ganancias, son responsables de tragedias como las que ahora vivimos", dijo el político filipino.El Gobierno filipino, alarmado por la salvaje depredación, dictó una orden prohibiendo desde el próximo mes de enero cualquier tipo de talado en los bosques todavía vírgenes, que de otra forma desaparecerán en 12 años. Pero cada año son arrasadas 180.000 hectáreas por empresas que compran a guardias y funcionarios.

Repoblación

El Departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente (DENR) de Filipinas, que entre 1981 a 1991 confiscó 18 millones de metros cúbicos de troncos y cerró 25 plantas de procesado y serrerías clandestinas, está procediendo a la repoblación y el pasado mes de septiembre se plantaron 20.440 hectáreas.Pero las compañías concesionarias demuestran poco interés en cuidar los yacimientos forestales, mientras la producción anual de madera oscila entre tres y cuatro millones de metros cúbicos anuales, en su mayor parte para el consumo interno.

Un proyecto de ley que propugna acotar todos los bosques del país se encuentra en estudio parlamentario. El crecimiento demográfico y la ocupación de parcelas para viviendas y cosechas han sido otros de los elementos que, en menor medida, han incidido en la deforestación.

El aguacero de seis horas caído sobre el sureste filipino barrió laderas y colinas y arrastró hacia Ormoc, en la hondonada de las montañas, un impresionante caudal de barro, restos de vegetación y troncos cortados recientemente y sin corteza.

Los expertos en medio ambiente subrayan que el suelo arbolado absorbe gran cantidad de agua de lluvia. En caso contrario, facilita la formación de espesas corrientes que desembocan impetuosamente en los ríos más próximos y provocan su desbordamiento con ingentes cantidades de fango.

Nanette de la Cruz, especialista del Servicio de Geofísica, subraya que la cantidad de agua embalsada el día de las inundaciones fue suficiente para provocar una saturación fuera de control y piensa así mismo que los vientos desencadenados por el tifón pudieron haber hecho subir la marea de las costas.

La combinación de estos factores provocó brutales cascadas desde las montañas y la confluencia de los cauces, desbordamientos y una crecida de hasta cuatro metros en el nivel de las aguas que cubrieron en avalancha las poblaciones isleñas.

Reservas tropicales

A pesar de que los bosques del sureste asiático, que constituyen una cuarta parte del total mundial de todas las reservas tropicales, son esquilmados peligrosamente, su deterioro no parece haber alcanzado las cotas sufridas por algunas regiones de América Latina o Africa, por ejemplo. La explotación se efectúa todavía, sin embargo, sin una planificación adecuada, y a los talados furtivos se agrega la falta de un criterio de repoblación sistemáticamente aplicado.Todos los gobiernos de la región declaran haber dispuesto medidas, pero, en la práctica, sus resultados distan mucho de ser satisfactorios. Según un estudio efectuado hace dos años por la International Tropical Timber Organization, prácticamente la totalidad de los países del área practican una deforestación equivocada en siete de las nueve categorías aceptadas como patrones para la mejor conservación de las reservas.

Según todos los testimonios recogidos en la zona afectada por la catástrofe un desastre de similar magnitud nunca se había producido.

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