Integristas y demócratas se enfrentan en la universidad marroquí de Ujda

La Universidad Mohamed I de Ujda es desde hace más de un mes escenario de una lucha encarnizada entre los estudiantes radicales islamistas y demócratas militantes del sindicato de la Unidad Nacional de Estudiantes Marroquíes (UNEM). La última víctima se llamaba Bumli Maati, apenas había cumplido los 20 años, estudiaba Ciencias y su cuerpo sin vida apareció con señales de tortura en unos jardincillos situados cerca del recinto de la universidad.La muerte del joven se adjudica a un movimiento islámico radical surgido en Ujda hace unos meses y alimentado por el paro y la desesperanza. Según los o...

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La Universidad Mohamed I de Ujda es desde hace más de un mes escenario de una lucha encarnizada entre los estudiantes radicales islamistas y demócratas militantes del sindicato de la Unidad Nacional de Estudiantes Marroquíes (UNEM). La última víctima se llamaba Bumli Maati, apenas había cumplido los 20 años, estudiaba Ciencias y su cuerpo sin vida apareció con señales de tortura en unos jardincillos situados cerca del recinto de la universidad.La muerte del joven se adjudica a un movimiento islámico radical surgido en Ujda hace unos meses y alimentado por el paro y la desesperanza. Según los observadores locales, estas organizaciones están impulsadas desde la vecina Argelia, donde el Frente Islámico de Salvación (FIS) se ha convertido en la fuerza hegemónica.

Los estudiantes de la universidad Mohamed I no han podido aún olvidar la noche del 7 de octubre, cuando en la ciudad residencia irrumpieron las milicias integristas al grito de "¡Alá es grande!" e iniciaron, a altas horas de la madrugada, una caza de los miembros del sindicato UNEM, una plataforma unitaria donde conviven las fuerzas democráticas y progresistas.

"Empezaron por tirar piedras y damos algún que otro golpe. Luego se inició la escalada de violencia, que finalizó con los secuestros de algunos estudiantes, que eran retenidos por los islamistas en un lugar desconocido durante dos o tres días para después ser juzgados de acuerdo con los preceptos coránicos. Se les imponían penas que iban desde los golpes a la tortura, pasando por la rotura de brazos o piernas. En todos los casos se había dictado una sentencia en la que se decía que eran apóstatas y ateos", aseguró un responsable del sindicato demócrata que tuvo la suerte de poder eludir uno de estos secuestros.

El mutismo administrativo sobre esta serie de hechos se interrumpió el pasado 1 de noviembre, cuando se encontró el cuerpo sin vida de un estudiante que había sido secuestrado por los comandos islámicos el día antes en plena clase de prácticas de Ciencias ante los compañeros y profesores.

El informe de la autopsia asegura que el estudiante murió con el estómago perforado por un destornillador que le hincaron en el costado. Tenía las muñecas y los tendones de los pies destrozados, le faltaba un trozo de carne en una de las piernas y tenía señales de puñaladas por todo el pecho, según aseguran los compañeros de la víctima.

Aquel mismo día, la policía actuó con contundencia e irrumpió en las cárceles clandestinas que los islamistas poseían en un barrio cercano a la universidad, logrando poner en libertad a otros dos estudiantes demócratas que iban a ser ejecutados en la madrugada.

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Los dirigentes universitarios del UNEM han relatado estos hechos en el recinto de la Mohamed I en Ujda, mientras un grupo de compañeros asentía con la mirada y, desde Rabat, el ministro del Interior, Dris Basri, lanzaba una dura filípica contra los revoltosos recordando que la universidad debe ser un reducto de tolerancia y cohabitación. Los comunistas reclaman ya un debate en el Parlamento y medidas concretas para acabar con el terror integrista en la universidad. Los socialistas exigen, por su parte, una investigación a fondo para identificar a los promotores de esta violencia.

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