Editorial:

Nueva democracia en Colombia

LAS ELECCIONES generales celebradas el pasado domingo en Colombia han tenido, además de unos resultados razonables, tres consecuencias: por un lado, han roto el tradicional sistema bipartidista propio de la vida política colombiana durante décadas; por otro, han confirmado una preocupante tendencia a una gran abstención en el ' electorado; finalmente, inauguran una etapa en la vida constitucional del país.El gran triunfador de los comicios ha sido el Partido Liberal del presidente Gaviria, que alcanzó una cómoda mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. Lo importante de e...

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LAS ELECCIONES generales celebradas el pasado domingo en Colombia han tenido, además de unos resultados razonables, tres consecuencias: por un lado, han roto el tradicional sistema bipartidista propio de la vida política colombiana durante décadas; por otro, han confirmado una preocupante tendencia a una gran abstención en el ' electorado; finalmente, inauguran una etapa en la vida constitucional del país.El gran triunfador de los comicios ha sido el Partido Liberal del presidente Gaviria, que alcanzó una cómoda mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. Lo importante de esta victoria es que el electorado ha ratificado su confianza en un presidente que en poco más de un año ha sido capaz de romper el nudo gordiano político de corrupción, narcotráfico y excesos militares en un país que en los últimos años ha estado más de una vez al borde del cataclismo. No se han acabado los desastres, pero Gaviria ha colocado a Colombia en la buena vía."

Los conservadores, divididos por los acontecimientos de los últimos meses, han quedado en segundo lugar. Lo significativo de este resultado, sin embargo, es que ha surgido en la derecha una nueva formación política, la Nueva Fuerza Democrática, dirigida por el carismático Andrés Pastrana. Se une así a la aparecida en la izquierda, la d e los antiguos guerrilleros (constituidos en Alianza Democrática M- 19). Ambas fuerzas acceden al panorama político colombiano. Que el M-19 esté legalmente presente en la vida política del país, en ese reparto tetrapartido, es indicativo de esta revolución constitucional.

La abstención ha sido elevadísima. Nada menos que entre un 65% y un 70%. Ello debe achacarse, sobre todo, a un grado grande de confusión en el electorado.. Probablemente la confusión moral principal se haya debido a la necesidad de escoger entre políticos del antiguo sistema (identificados con la corrupción y el clientelismo tradicionales) y los candidatos nuevos (considerados como representantes de la nueva honradez). Pero en el índice abstencionista ha influido más que nada el hecho de que estos comicios eran los quintos en menos de dos años, que el sistema de elección era particularmente complicado y que había excesiva acumulación de candidaturas.

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A partir de ahora, y hasta febrero de 1992, en que, al cumplirse el aniversario del comienzo de las tareas de la Asamblea Constituyente, empezarán los trabajos del Parlamento elegido el domingo, Gaviria, asesorado por un comité legislativo de 18 parlamentarios, ejercerá la facultad legislativa. De su habilidad, de su capacidad de conciliar todas las posturas y de su autoridad para limitar las tentaciones militaristas depende en gran medida el futuro de Colombia.

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