Tribuna:

El clima de ajuste

Los mercados españoles han desertado del seguimiento puntual de Wall Street para entrar en una sensibilidad más general que persigue interpretar el vaivén recuperación-recesión de la economía norteamericana. Los argumentos estructurales secuestran así las orientaciones psicológicas del mercado para acabar chocando contra una, realidad incontrovertible: desde octubre de 1990, la economía norteamericana se desacelera y presenta tasas de expansión negativas. La sensación de que la liquidez del sistema no puede aplicarse con altos porcentajes de riesgo sigue amenazando a los mercados de acciones y...

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Los mercados españoles han desertado del seguimiento puntual de Wall Street para entrar en una sensibilidad más general que persigue interpretar el vaivén recuperación-recesión de la economía norteamericana. Los argumentos estructurales secuestran así las orientaciones psicológicas del mercado para acabar chocando contra una, realidad incontrovertible: desde octubre de 1990, la economía norteamericana se desacelera y presenta tasas de expansión negativas. La sensación de que la liquidez del sistema no puede aplicarse con altos porcentajes de riesgo sigue amenazando a los mercados de acciones y empobrece la actividad de la llamada industria de valores, incapaz además de asumir con optimismo la contención de la inflación.El dato en las bolsas se deriva del clima de ajuste internacional en el que participa el propio informe del presidente del Banco Mundial, Lewls Preston. El mejor indicador podrían ser las escasas emisiones de papel y lo difícil que resulta en las actuales condiciones apelar al mercado en busca de recursos, sobre todo para las sociedades de tamaño medio. Ello está cerrando el paso a sociedades con envidiables ratios de rentabilidad y solvencia patrimonial.

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