LA REVOLUCIÓN DE AGOSTO

Gorbachov celebra con los moscovitas el fracaso del golpe en una gran fiesta

El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, acudió ayer por la tarde a Mosoviet, la alcaldía de Moscú, donde se asomó al balcón acompañado del alcalde de la ciudad, Gavriil Popov, para después volver a pie al Kremlin por la calle de Tverskaia (ex calle Gorki) en medio de la multitud. Decenas de miles de moscovitas celebraron ayer el Día de Moscú extraordinariamente relajados, en unos actos oficiales de una alegría poco común, desde la plaza de Manezh hasta el Parlamento de Rusia, donde se celebró un gran concierto improvisado. Esta tradicional Fiesta de Moscú se ha convertido este año en una en...

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El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, acudió ayer por la tarde a Mosoviet, la alcaldía de Moscú, donde se asomó al balcón acompañado del alcalde de la ciudad, Gavriil Popov, para después volver a pie al Kremlin por la calle de Tverskaia (ex calle Gorki) en medio de la multitud. Decenas de miles de moscovitas celebraron ayer el Día de Moscú extraordinariamente relajados, en unos actos oficiales de una alegría poco común, desde la plaza de Manezh hasta el Parlamento de Rusia, donde se celebró un gran concierto improvisado. Esta tradicional Fiesta de Moscú se ha convertido este año en una enorme celebración popular de la democracia por el fracaso, la semana pasada, del intento de golpe de Estado.Gorbachov, distendido y sonriente, y el alcalde, ambos con insignias rojas y blancas conmemorativas del Día de Moscú, caminaron alrededor de 20 minutos bajando por la calle de Tverskala, una de las principales de Moscú, rodeados por los guardaespaldas de Gorbachov.

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Peatones incrédulos se paraban en la plaza Roja a corta distancia para mirar al presidente soviético, que sonreía, pero no se detuvo a hablar con ellos cuando él y Popov la atravesaron y entraron a pie en el Krerrilin por la puerta Spasski.

Calles llenas

Los moscovitas comenzaron a congregarse a primeras horas de la tarde ante la Casa Blanca, sede del Parlamento ruso. En el malecón, en el puente que cruza frente al edlficio, y en las calles adyacentes, unas 20.000 personas se agolparon para escuchar a músicos, cantantes, actores y poetas. Las escaleras del Parlamento, el mismo lugar donde los ciudadanos se aprestaron a hacer frente a la amenaza de los tanques, sirvieron de escenario, en una celebración en la que las palabras "paz y libertad" eran repetidas una y otra vez.

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