Cartas al director

Incidente en Barcelona

El día miércoles 10 de julio de 1991 pasamos una tarde muy agradable en la Plaza Real de Barcelona. Alrededor de la una de la madrugada yo y mi compañera salíamos hacia las Ramblas y nos atacaron cinco personas que (aunque no sabíamos en aquel momento) eran policías de paisano. No me enseñaron su identificación oficial, sino me agarraron por detrás en una llave de lucha y no podía respirar. Naturalmente, me defendí y me dieron unas patadas y puñetazos. A mi companera, que intentaba ayudarme, la cogieron por el pelo y por la cabeza, la tiraron al suelo y la insultaron maliciosamente. Ya se habí...

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El día miércoles 10 de julio de 1991 pasamos una tarde muy agradable en la Plaza Real de Barcelona. Alrededor de la una de la madrugada yo y mi compañera salíamos hacia las Ramblas y nos atacaron cinco personas que (aunque no sabíamos en aquel momento) eran policías de paisano. No me enseñaron su identificación oficial, sino me agarraron por detrás en una llave de lucha y no podía respirar. Naturalmente, me defendí y me dieron unas patadas y puñetazos. A mi companera, que intentaba ayudarme, la cogieron por el pelo y por la cabeza, la tiraron al suelo y la insultaron maliciosamente. Ya se había congregado mucha gente, uno de los cuales intentó ayudamos, y por este intento recibió unos golpes muy fuertes.Unos 10 minutos más tarde nos enseñaron sus tarjetas de identidad políciales. No nos 10 creímos, en vista de la manera en que nos habían tratado -pensamos que se trataba de delincuentes-. Entonces nos condujeron por los callejones cerca de la Rambla y pensábamos que nos iban a tirotear. Teníamos mucho miedo y uno de ellos nos enseñó una pistola y munición. Nos amenazaron con sus esposas y uno de ellos nos enseñó la lengua de forma insultante, mientras hacía puños como si fuera a golpearnos cada vez que preguntamos qué pasaba. Los seguimos por las callejuelas y nos hicieron mirar mientras golpeaban a un chico, que: luego también trajeron. Aún no creíamos que eran policías, dada su actitud.

Sobre las dos horas llegamos a la comisaría. Nos introdujeron en una habitación y nos dijeron que escribiéramos los nombres y apellidos de nuestros padres y los nuestros. Aunque no teníamos un idioma en común, les preguntaba por qué me habían estrangulado así, y contestaron "drogas". Dijeron que cualquier persona negra en España tiene relación con la droga y se la trataba así. Les pregunté si iban a arrestar a todos los negros durante los Juegos Olímpicos. Contestaron: "Pardon" en francés y se rieron. (Nos comunicábamos de alguna manera en francés). Uno de los cinco, sabiendo que casi me había estrangulado, preguntó si necesitaba asistencia médica. Lo rechacé, diciendo que sólo quería volver a casa. Sólo dos de ellos nos pidieron perdón de alguna manera y pasaron del asunto como si nada. Cuando salimos de lacomisaría a las dos y media, no sabiendo donde estábamos y muy nerviosos, uno de ellos, quizá por vergüenza, nos llevó a casa.-

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