El Congreso Nacional Africano debate su postura en la negociación con el Gobierno

El Congreso Nacional Africano (ANC) inicia hoy en Durban un congreso que ha de definir la posición del grupo -nacido para combatir el apartheid- en el inminente proceso negociador sobre el futuro de Suráfrica y la actitud a adoptar ante unas sanciones económicas en vías de desaparición. El movimiento de liberación discutirá también las directrices de un eventual programa de gobierno y exigirá al Ejecutivo que ponga coto a la violencia de inspiración política que azota a los guetos negros.

La jornada decisiva será la del próximo sábado, cuando está previsto que la elección de una nueva e...

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El Congreso Nacional Africano (ANC) inicia hoy en Durban un congreso que ha de definir la posición del grupo -nacido para combatir el apartheid- en el inminente proceso negociador sobre el futuro de Suráfrica y la actitud a adoptar ante unas sanciones económicas en vías de desaparición. El movimiento de liberación discutirá también las directrices de un eventual programa de gobierno y exigirá al Ejecutivo que ponga coto a la violencia de inspiración política que azota a los guetos negros.

La jornada decisiva será la del próximo sábado, cuando está previsto que la elección de una nueva ejecutiva abra paso a miembros más jóvenes y agresivos. Nelson Mandela, vicepresidente del ANC, será ascendido a presidente.Dos mil delegados de todo el país van a perfilar en la ciudad costera surafricana de Durban el futuro ANC, una organización que lucha contra el sistema de discriminación racial a la que la apertura política del presidente Frederick de Klerk no ha sentado del todo bien. El ANC se ha visto superado durante el pasado año en casi toda la línea por la astucia del presidente surafricano, favorecida ante un interlocutor carente de experiencia política abierta, sumido en el caos organizativo, socavado por años de exilio y dividido internamente, como cabía esperar de una alianza de fuerzas políticas y sindicales que hasta hace meses propugnaba la lucha armada.

El ANC aparece fracturado de forma no traumática entre comunistas y no comunistas, halcones y palomas, miembros del interior y del exterior, y Durban ha de restañar fisuras y marcar una línea clara. LAD

Desmoralización de las bases

La principal misión del congreso es la de restituir la confianza a unas bases desmoralizadas y críticas con una dirección a la que reprochan el estar dispuesta a creer demasiado en la buena voluntad de De Klerk, visto como un nuevo flautista de Hamelín que ha engatusado a la opinión pública internacional y a Mandela. Si la conferencia preparatoria celebrada en diciembre sirve de indicación, de este congreso cabe esperar un mayor vigor en la táctica negociadora del ANC con el Gobierno sobre el futuro del país. Sangre nueva, exigente, crecida en el interior y familiarizada con la democracia interna va a desplazar a una vieja guardia sin reflejos, secretista y autoritaria, implicada en un proceso de conversaciones sobre conversaciones en el que De Klerk le ha comido la partida.El Ejecutivo cuenta con un endurecimiento de su interlocutor, pero confía en que el cambio no impida el avance en un proceso negociador sobre cuyo marco general ninguno de los principales contendientes tiene grandes discrepancias: ambos están de acuerdo en que la reforma constitucional ha de salir de una mesa negociadora multipartidista en vez de una asamblea constituyente.

Por otra parte, aunque el Gobierno surafricano había anunciado que el domingo había llegado a un acuerdo con el Congreso Nacional Africano sobre la liberación de los presos políticos, el punto más polémico de sus negociaciones, un portavoz del ANC desmintió ayer rotundamente a la agencia Reuter que ese acuerdo se hubiera producido. Mientras no haya acuerdo, el bloqueo económico a Suráfrica no se levantará.

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