Tiempo de desconcierto
La bolsa española aparece en estos momentos como la única incapaz de reaccionar ante la situación actual. Lo más preocupante es que los analistas se encuentran totalmente desconcertados por la marcha de los acontecimientos, pues no llegan a explicarse el por qué de la abstención del dinero ante un mercado que aún ofrece algunas alternativas importantes.La capacidad del mercado para sorprender ha llegado al punto de dejar pasar por alto el importante recorte de los tipos de interés o la nueva llegada del Dow Jones al nivel del 3.000, lo cual ha planteado serias dudas sobre el tipo de argumentos...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La bolsa española aparece en estos momentos como la única incapaz de reaccionar ante la situación actual. Lo más preocupante es que los analistas se encuentran totalmente desconcertados por la marcha de los acontecimientos, pues no llegan a explicarse el por qué de la abstención del dinero ante un mercado que aún ofrece algunas alternativas importantes.La capacidad del mercado para sorprender ha llegado al punto de dejar pasar por alto el importante recorte de los tipos de interés o la nueva llegada del Dow Jones al nivel del 3.000, lo cual ha planteado serias dudas sobre el tipo de argumentos necesarios para hacer reaccionar a la inversión.
La jornada se dedicó, sobre todo, a los movimientos institucionales en torno a la recomposición del sector eléctrico, en el que se anunció oficialmente el canje de acciones entre Hidrola e Iberduero.
La inversión particular continuó medrando entre los escasos espacios que le deja un mercado indeciso, lo que limita el juego a los plazos cortos. La retirada inmediata de beneficios se está convirtiendo en el sustituto de lo que se presumía iba a ser una tendencia alcista fuerte, aunque todavía queda por ver si la consolidación de otros mercados logra el milagro. De momento, se ganaron 1,41 puntos.