Bush mantiene su política para Centroamérica, pese a las declaraciones de Powell

Una frase del jefe del Estado Mayor de EE UU, el general Colin Powell, ha resucitado los fantasmas de la intervención militar norteamericana en Centroamérica. Pero, al margen de las interpretaciones de una declaración poco afortunada, no existen síntomas de cambia de la política de EE UU en respaldo a la solución pacífica de la guerra civil salvadoreña y a las nacientes democracias del área.

Powell hizo a principios de esta semana, una gira de 48 horas por Panamá, El Salvador y Honduras, principales aliados norteamericanos en Centroamérica y los únicos en los que permanece personal mili...

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Una frase del jefe del Estado Mayor de EE UU, el general Colin Powell, ha resucitado los fantasmas de la intervención militar norteamericana en Centroamérica. Pero, al margen de las interpretaciones de una declaración poco afortunada, no existen síntomas de cambia de la política de EE UU en respaldo a la solución pacífica de la guerra civil salvadoreña y a las nacientes democracias del área.

Powell hizo a principios de esta semana, una gira de 48 horas por Panamá, El Salvador y Honduras, principales aliados norteamericanos en Centroamérica y los únicos en los que permanece personal militar de Estados Unidos. El viaje, que tenía como objetivo comprobar el trabajo de los destacamentos norteamericanos y respaldar las reformas que se llevan a cabo en las fuerzas armadas de tres países, acabó en tina gran polémica por la mención hecha por Powell sobre la legitimidad del uso de la fuerza en casos como el del golfo Pérsico.La polémica fue menos que una tempestad en un vaso de agua -ni la guerrilla salvadoreña reaccionó con virulencia-, pero bastó para oscurecer el neto apoyo brindado por el jefe militar norteamericano al proceso negociador que se desarrolla en el Salvador.

PowelI dijo explícitamente el lunes durante su escala en Tegucigalpa que su país "está ansioso de ver el final del conflicto en El Salvador". "Estamos muy satisfechos", manifestó, "de las conversaciones patrocinadas por la ONU en México. Esperamos que, si ambos lados continúan mostrando flexibilidad, posiblemente veremos en estas conversaciones un acuerdo que Levará a un cese del fuego y a un arreglo pacífico".

Nuevo orden

La parte más controvertida de sus declaraciones a los periodistas vino después, cuando Powell -al fin, un militar y no un doplomático- quiso explicar la política de la Administración de Estados Unidos. Dijo: "Creemos que en el nuevo orden internacional del que el presidente Bush ha hablado, la manera de resolver los conflictos es a través de la negociación, a través de la discusión entre lados razonables y no a través de actos de guerra. Lo que nosotros vimos en el golfo Pérsico, y que fue necesario allí para detener la agresión de Sadam Husein, esperamos que no sea el modelo a seguir. Pero, al mismo tiempo, si eso es necesario, para defender la libertad, lo usaremos".Esta declaración fue interpretada en algunos medios de prensa como una advertencia de que Estados Unidos estaba dispuesto a utilizar la fuerza en El Salvador, aunque Powell no mencionó a ese país. Un portavoz de la Embajada norteamericana en San Salvador comentó a este respecto que la frase de Powell "fue un comentario general ligado a la búsqueda de un nuevo orden internacional democrático y en paz

El propio Powell en posteriores declaraciones en Tegucigalpa manifestó que su Gobierno aprueba la reducción de los Ejércitos centroamericanos, que no pretende alterar, el equilibrio militar en la región y que "lo último que desea es ver nuevos conflictos en Centroamérica".

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El contexto de las palabras y del viaje de Powell es el de una misión para tranquilizar a los jefes militares centroamericanos, que sienten que Estados Unidos los ha abandonado desde que se resolvió la guerra en Nicaragua. El jefe del Estado Mayor norteamericano trató de convencer a los oficiales del área de que la reducción de la ayuda militar no supone "falta de interés" por parte de su país, pero añadió que la Administración norteamericana "tendrá que ver las prioridades que plantean los Gobiernos para ayudar mejor".

El mismo día en que Powell pronunciaba sus polémicas declaraciones, la Embajada de EE UU en El Salvador hacía pública una nota en la que trataba de respaldar la posición moderada del presidente Alfredo Cristiani frente a la extrema derecha, contraria a las conversaciones que se desarrollan en México y a la mediación de la ONU.

La declaración norteamericana se produce cuando las conversaciones de México se encuentran en franco peligro por la presión desde El Salvador de los sectores ultras -enquistados en el partido gobernante Arena y en el Ejército- interesados en la derrota de la guerrilla y opuestos al acuerdo de paz.

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