Cartas al director

La decadencia en Cuba

Como joven, y latinoamericano, me permito entrar en disenso con las impresiones del gran escritor uruguayo Marlo Benedetti acerca de su inventario crítico sobre la revolución cubana. Observo que el pueblo hermano de la isla es el único privado de democracia a escala continental; hasta en Paraguay se produjeron cambios sustanciales, y a nivel planetario, en el reducto albanés.Increíble, por cierto. Si para el autor de La tregua el regreso a los medios de transporte de tracción sanguínea (bicicletas o caballos) es el contraste ideal al adelanto científico cubano, suscribo el deseo de mejo...

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Como joven, y latinoamericano, me permito entrar en disenso con las impresiones del gran escritor uruguayo Marlo Benedetti acerca de su inventario crítico sobre la revolución cubana. Observo que el pueblo hermano de la isla es el único privado de democracia a escala continental; hasta en Paraguay se produjeron cambios sustanciales, y a nivel planetario, en el reducto albanés.Increíble, por cierto. Si para el autor de La tregua el regreso a los medios de transporte de tracción sanguínea (bicicletas o caballos) es el contraste ideal al adelanto científico cubano, suscribo el deseo de mejor suerte para los ciudadanos de Cuba. Y, después de todo, si la obsesión humanitaria de Fidel y su Gobierno es la de otorgar cuatro huevos por persona, y por semana, suscribo asimismo con Benedetti el deseo de más comprensión hacia la política económica del PC cubano. Y mejor suerte para sus potenciales consumidores.

Si los últimos tiranosaurios abandonaron el ejercicio del poder ilimitado (Chile y Paraguay), ¿por qué pedirle al semidiós Fidel que acepte el relevo? Los farmacéuticos cubanos se constituirían en milicias para evitar su caída. Y Cuba entraría en un periodo de caos democrático, sin policía política, sin partido único, en la anarquía de un Estado de derecho con pluralidad informativa, libertad de expresión y otros clichés de las sociedades burguesas.

La juventud cubana se sentirá entonces frustrada, privada de sus 15 días de trabajo voluntario. Se volverán ociosos y ya no se conformarán con los cuatro huevos semanales. Querrán más: carne, pastas, ensalada de fruta, café y cigarrillos, radiograbadores, equipos de sonido y baratijas diversas. En una palabra, la decadencia.-

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