Cerca de 100.000 madrileños viven privados de retretes

Coger un rollo de papel higiénico, llegar al servicio -situado fuera de la vivienda-, tirar de la cadena de la cisterna y llenar de agua un barreño para lavarse a trozos. Este itinerario, aparentemente inusual en una ciudad europea, forma parte de la vida cotidiana de unos 100.000 madrileños. Unas 27.000 viviendas de la Comunidad carecen de baño y ducha, según el estudio realizado por el equipo de sociólogos de EDIS para la Consejería de Integración Social.

Viviendas angostas en las que el único equipamiento higiénico que cabe es un orinal; rentas antiguas donde vecinos, Ayuntamiento y ...

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Coger un rollo de papel higiénico, llegar al servicio -situado fuera de la vivienda-, tirar de la cadena de la cisterna y llenar de agua un barreño para lavarse a trozos. Este itinerario, aparentemente inusual en una ciudad europea, forma parte de la vida cotidiana de unos 100.000 madrileños. Unas 27.000 viviendas de la Comunidad carecen de baño y ducha, según el estudio realizado por el equipo de sociólogos de EDIS para la Consejería de Integración Social.

Viviendas angostas en las que el único equipamiento higiénico que cabe es un orinal; rentas antiguas donde vecinos, Ayuntamiento y propietarios están en liza para ver a quién le toca arreglar y en qué condiciones; ingresos familiares rondando la pobreza, y cierta inercia para cambiar rutinas de años. Estas son algunas de las razones que, combinadas o por separado, dan lugar a que cientos de miles de madrileños vivan en una situacion propia de otro siglo.Pilar Frutos, una abuela de 83 años, lleva viviendo toda la vida sin baño ni ducha en el distrito del Puente de Vallecas. Primero, en la calle del Tibidabo, junto a sus cuatro hijos, hasta que su casa fue demolida para construir la M-30; después, desde hace 15 años, en la llamada casa del cólera, un inmueble situado en el número 12 de la calle de Puerto Alto.

10 metros cuadrados

"Aquí no tengo espacio para construir ningún retrete. Ni espacio ni dinero, bastante con que puedo vivir independiente sin ser una carga para mis hijos", asegura Pilar mostrando su vivienda, de unos diez metros cuadrados, compuesta por una salita, dormitorio y, cocina. El servicio está en el pasillo del edificio, y lo comparte con tres familias. El alquiler mensual es de 1.500 pesetas.En el mismo inmueble, un piso más arriba, viven Rosa Fraile y su marido. Rosa tiene 60 años y lleva 30 trabajando de limpiadora. Su marldo es pensionista. Tienen cuatro hijos, que están casados y residen por su cuenta. Ahora, un nieto y un perrazo corriparten con el matrimonio los poco más de diez metros cuadrados de vivíenda que ocupan desde hace 37 años. "Antes vivíamos aquí seis personas; nosotros dos dormíamos en una alcoba; dos chicos, en la salita, y otros dos, en la cocina, y el servicio lo compartimos con otros siete vecinos", explica Rosa.

Junto al Rastro, en los números 3 y 5 de la calle de Carlos Arniches, unas treinta Limillas habitan en régimen de arrendamiento una casa del siglo XVIII que presenta un gran deterioro. De todas ellas, menos de diez disponen de retrete y ducha. Vecinos, propietarios y Ayuntamiento no han llegado aún a un acuerdo sobre lo que ocurrirá con el inmueble: si se rehabilita o no, quién corre con los gastos y cómo se hace la obra. Mientras tanto, el edificio ofrece un aspecto tenebroso.

"Nosotros hubiéramos construido un servicio en casa, porque tenemos espacio, pero los propietarios no nos dieron el permiso porque decían que hay que levantar el suelo de media planta para meter las tuberías y que es peligroso", explica Eduardo Vilares, un oficial de primera cuya familia lleva viviendo en esta casa desde hace más de cien años.

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11.000 pesetas al mes

"Yo entiendo que el dueño quiera defender lo suyo y derruir el edificio, pero éste es también el hogar de un montón de familias que si nos desalojan lo tendríamos muy difícil para pagar una vivienda de renta libre", afirma este vecino, que paga un alquiler mensual de 11.000 pesetas.El distrito de Centro, en la almendra que constituye el cogollo de la ciudad, es, según el estudio de EDIS, uno de los que más padecen la carencia de baño y ducha en las viviendas.

El 73% de las viviendas que carecen de servicios higiénicos están enclavadas en los distritos de Usera, Ciudad Lineal, Tetuán, Carabarichel, Centro, Puente de Vallecas y, paradójicamente, Salamanca. Los datos del estudio se actualizarán con los datos que actualmente recoge, para el nuevo censo, el Instituto Nacional de Estadística (INE). En esta encuesta se pregunta a los ciudadanos si disponen de cuarto de baño en su casa y, en caso positivo, el número.

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