'Paracas' contra la acorazada

La Brigada Paracaidista estuvo preparada para el contragolpe

Transcurren las últimas horas del 23 de febrero de 19,81 y los mandos progolpistas de, la división Brunete presionan a su jefe, José Juste: "Mi general, ,que los carros están en las calles de Valencia!". Pero Juste no da su brazo a torcer. Los oficiales del cuartel general de El Pardo (Madrid) cenan juntos en la sala de operacnones y el comandante Ricardo Pardo Zancada no oculta "su verqgüenza- por el parón que ha sufrido la Brunete.Uno de dichos oficiales, el capitán Tamarit, ha dado instrucciones al Regimieto Mixto de Ingenieros para el despliegue de emisoras y de cable herciano que asegure ...

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Transcurren las últimas horas del 23 de febrero de 19,81 y los mandos progolpistas de, la división Brunete presionan a su jefe, José Juste: "Mi general, ,que los carros están en las calles de Valencia!". Pero Juste no da su brazo a torcer. Los oficiales del cuartel general de El Pardo (Madrid) cenan juntos en la sala de operacnones y el comandante Ricardo Pardo Zancada no oculta "su verqgüenza- por el parón que ha sufrido la Brunete.Uno de dichos oficiales, el capitán Tamarit, ha dado instrucciones al Regimieto Mixto de Ingenieros para el despliegue de emisoras y de cable herciano que asegure las comunicaciones entre los acuartelamientos por sí fallan los teléfonos normales. Otros oficiales escuchan perfectamenite los planes del comandante Pardo.

Éste organiza una columna de 14 vehículos en la que van soldados de la Policía Militar, al mando del capitán Álvarez Arenas, y otros de la compañía de servicios, mandada por el capitán Cid Fortea. Los soldados reciben órdenes de ir preparados contra la acción de francotiradores" que puedan hostigarles desde las ventanas. La columna marcha hasta el Congreso, encontrándose solo con grupos aislados que gritan "¡Viva España!" y saludan brazo en alto. "Una sección tenía que haber acudido a El PAÍS para impedir la difusión de la edición especial de este periódico, pero después el capitán nos dijo que la misión había cambiado y que íbamos para el Congreso", recuerda que de los soldados, golpista a la fuerza, que se vio convertido en secuestrador del Gobierno y de los parlamentarios.

Una vez dentro del edificio, el comandante Pardo Zancada llamó al coronel José Ignacio San Martín, jefe del Estado Mayor de la DAC, y al teniente coronel Pardo de Santayana, jefe de la artillería autopropulsada del cuartel de Vicálvaro, al este de Madrid, quien le dijo que había rumores de que los carros de combate se estaban retirando de las calles de Valencia. Pardo Zancada verificó esa información en Valencia y después insistió de nuevo a Pardo de Santayana, diciéndole que estaba equivocado. Pero este teniente coronel no sacó sus fuerzas a la calle.

Pardo Zancada conectó también con el teniente coronel Fernando Sanz Esteban, del regimiento Villaviciosa 14, el que había ocupado RTVE horas antes. Este teniente coronel negó que Pardo le pidiera refuerzos, en su declaración posterior ante el juez instructor de la causa por el 23-F. Según otras fuentes, pasadas las dos de la madrugada, el coronel Joaquín Valencia Remón, jefe del Regimiento Villaviciosa 14, trató de convencer al general Juste de que había que sacar fuerzas. Como éste no diera su aprobación, Valencia Remón espetó al jefe de la división:

-Mi general, lo mandes tú o no, yo voy a salir.

Juste apeló al cerebro del coronel Valencia: "Piensa lo que haces", le dijo. A continuación avisó al capitán general, Guillermo Quintana. Éste último, que ya se había llevado una sorpresa con la llegada del comandante Pardo al Congreso, se temió la peor: podían tratar de ocupar la Capitanía o provocar un efecto de presencia militar en las calles de Madrid, que volviera a (lar alas a los mandos dudosos de oirás capitanías. Si las órdenes no bastaban para contener a la Acorazada, habría que luchar.

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Quintana Lacaci llamó entonces al teniente coronel Emilio Alonso Manglano, en aquellos momentos jefe de Estado Mayor de la Brigada Paracaidista (Bripac). Le puso sobreaviso de lo que estaba pasando y le dijo:

-Si hay movimiento, prepárate.

En Alcalá de Henares, al noreste de Madrid, se encontraba acuartelada la Bripac: era una unidad entrenada, para el combate y bien dotada de armamento contracarro. Horas antes se había producido mucha tensión en la misma, entre un grupo de oficiales progolpistas y el general Menclizábal y el teniente coronel Alonso Manglano, mandos de la unidad, ambos fieles. En la madrugada, ese problema parecía resuelto, y ahora se trataba de saber era si había fuerzas de confianza en la Bripac para luchar contra los sublevados, si éstos salían a la calle.

Quintana Lacaci pidió también al general Víctor Lago que acercara a Madrid a la Compañía de Operaciones Especiales (COE) que tenía al pie de la sierra de Guadarrama. La presencia de unos camiones militares en la plaza de Castilla, que al parecer iban a recoger a dicha unidad, provocó momentos de alarma en la Junta de Jefes de Estado Mayor. El jefe del Estado Mayor del Ejército, general Gabeiras, preguntó a Quintana Lacaci qué fuerzas eran ésas.

Mientras, en el acuartelamiento de Retamares, al oeste de Madrid, los primeros carros ligeros del Villaviciosa 14 se pusieron en marcha. Otros 11 carros estaban preparados en el regimiento Wad Ras, de Leganés (al sur de Madrid), con un batallón sobre camiones también listo para salir.

Las 4.08 del 24 de febrero de 1981: ésta es la hora exacta en que los generales del Cuartel General del Ejército registraron una llamada del presidente de la Jujem, general Alfaro al jefe del Ejército, general Gaberas. "El Prejuierrí advierte nerviosismo en la DAC", figura textualmente en las anotaciones realizadas en el cuartel general. Mientras la población civil duerme, tranquilizada por el mensaje del Rey por TVE, los teléfonos por los que golpistas y leales transmiten órdenes y se amenazan mutuamente están al rojo vivo.

El general Juste, casi desesperado ante lo que se viene encima, habla de nuevo con el coronel Valencia Remón:

-¡Te ordeno terminantemente que no salgas a la calle! ¡Te ordeno que te estés quieto'

Cerca del coronel progolpista, el jefe de la Agrupación Logística, coronel Cervantes desaconseja la salida a los mandos del Villaviciosa. Los carros se paran de nuevo.

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