Recreación de una batalla
Los soldados saudíes que el 31 de enero reconquistaron Jafyi y ocuparon un arsenal de munición jordana, francesa y soviética continúan posando sin desmayo para la prensa internacional que cubre la guerra del golfo Pérsico. Divertidos, suben y bajan con presteza de la grupa de los blindados destruidos a los iraquies, recrean épicos combates casa por casa y enarbolan con patriotismo la bandera nacional cuantas veces les sea demandado.El jueves, algunos de estos soldados no podían contener la risa ante las menesterosas cámaras de las televisiones japonesa y europeas, mientras otros, con el arma e...
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Los soldados saudíes que el 31 de enero reconquistaron Jafyi y ocuparon un arsenal de munición jordana, francesa y soviética continúan posando sin desmayo para la prensa internacional que cubre la guerra del golfo Pérsico. Divertidos, suben y bajan con presteza de la grupa de los blindados destruidos a los iraquies, recrean épicos combates casa por casa y enarbolan con patriotismo la bandera nacional cuantas veces les sea demandado.El jueves, algunos de estos soldados no podían contener la risa ante las menesterosas cámaras de las televisiones japonesa y europeas, mientras otros, con el arma en prevengan, fruncían el cefio con tal fiereza que de verlos la Guardia Republicana huyese espantada.
Los periodistas estadounidenses, con la omnipresente cadena de televisión CNN a la cabeza, fueron los primeros en llegar hace más de una semana a una ciudad transitada hoy por patrullas militares, una familia de camellos y un rocín gris tan magro como el del hidalgo manchego.
Inmediatamente después de que fuera reconquistada la población saudí, tomada por un batallón iraquí durante 37 horas, el mando conjunto de Tormenta del Desierto abrió sus puertas a los pool norteamericanos y británicos y las cerró después.
Lo contaron y filmaron casi todo: cadáveres, destrucción, amargura.
El jueves aterrizó el pelotón de cola: 50 periodistas franceses, españoles, japoneses, austriacos o italianos, que en representación de sus necesitados colegas rebañaron el plato y debieron agradecer las sobras.