GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Ántrax y botulismo, armas biológicas más probables

Irak no utilizó armas biológicas en su guerra contra Irán y no existen pruebas de que pueda disponer de ellas. Se sabe, sin embargo, que científicos iraquíes han trabajado en el desarrollo de nuevas cepas de cólera, tifus y ántrax en el centro de investigación de Salaman Pak, y que han estudiado diversas toxinas, como la del botulismo o las sintetizadas por determinados hongos.Tanto el desarrollo como la producción y el uso de virus, bacterias u otros agentes patógenos con fines bélicos están prohibidos por una convención de 1972 que entró en vigor- tres años después y que en diciembre de 1985...

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Irak no utilizó armas biológicas en su guerra contra Irán y no existen pruebas de que pueda disponer de ellas. Se sabe, sin embargo, que científicos iraquíes han trabajado en el desarrollo de nuevas cepas de cólera, tifus y ántrax en el centro de investigación de Salaman Pak, y que han estudiado diversas toxinas, como la del botulismo o las sintetizadas por determinados hongos.Tanto el desarrollo como la producción y el uso de virus, bacterias u otros agentes patógenos con fines bélicos están prohibidos por una convención de 1972 que entró en vigor- tres años después y que en diciembre de 1985 fue ratificada por 103 Estados. Este acuerdo sólo deja abierta la posibilidad de realizar trabajos con microorganismos en carítidades que puedan justificarse con fines de profilaxis u otros pacíficos.

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La dificultad en establecer dónde está la diferencia entre el desarrollo de una investigación con fines bélicos y otra pacífica es lo que ha permitido que se hayan seguido efectuando estudios sobre armas biológicas sin contravenir aparentemente la convención. Los expertos consideran que el fuerte desarrollo experimentado por las técnicas biotecnológicas durante los años ochenta ha podido dar un nuevo impulso a esas investigaciones en los países más desarrollados.Pérdida de virulencia

La confección de un arma biológica es una tarea en sí misma compleja. La producción de agentes patógenos no es dificil, pero sí lo es mantenerlos almacenados sin que pierdan su virulencia. Tampoco es fácil disemi narlos de manera adecuada para que actúen sobre los soldados enemigos. Una vez libe rados, además, son incontrolables, lo que hace preciso desarrollar junto al microorga nismo nocivo un antídoto y una vacuna se guros para los soldados del Propio bando.

De los gérmenes que se sepa que han sido investigados, dos son los que aparentemente ofrecen más posibilidades de ser usados en algún momento como armas químicas: la bacteria del ántrax y la toxina del botulismo. Y ambos están al alcance de los dos bandos en conflicto, aunque: no se sabe de nadie que haya desarrollado ingenios específicos para utilizarlos. ,

En determinadas condiciones, la bacteria del ántrax forma unas espora.s muy resistentes, y así puede ser almacenada largos periodos de tiempo. Las esporas cabe lanzarlas sobre territorio enemigo de tal manera que los soldados acaben introduciéndolas en su aparato respiratorio al levantar polvo con sus botas. La enfermedad se caraeteriza por la formación de erupciones y ampollas en la piel, pero la bacteria es también capaz de producir en sólo uno o dos días infecciones en numerosos órganos a la vez y causar la muerte. Se trata con antibióticos.

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La toxina del botulismo es una proteína sintetizada por la bacteria Clostridium botufinum, y está considerada como uno de los venenos más poderosos que existen. Es relativamente conocida por ser la causante de graves intoxicaciones cuando aparece en conservas de comicla que han sido mal esterilizadas. Los expertos creen que se puede utilizar contra tropas contaminando el agua o los alimentos. Su punto débil como arma es que se descompone a temperaturas próximas a las del ambiente en zonas calurosas como Oriente Próximo. En muy pocas horas, bloquea la transmisión de los impulsos nerviosos y el Vitoxicado suele morir por asfixia, al quedar paralizados los músculos de la respiración. Existen antídotos contra ella.

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