DIARIO DE LA GUERRA

La verdad, primera víctima del conflicto

EL PAÍSLa ampliación de las operaciones militares en el Golfo lleva aparejado, por ambos bandos, las restricciones a la libertad de información, lo que provoca dificultades para contrastar los partes de guerra de los contendientes, así como el trabajo de los periodistas para comprobar y escribir sus impresiones sobre el desarrollo de la batalla. La única manera que el lector tiene para manejarse en esta selva de verdades y de mentiras es atendiendo a la identificación de las fuentes de las distintas informaciones que se ofrecen y buscando contradicciones.

Bagdad ordenó ayer a los period...

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EL PAÍSLa ampliación de las operaciones militares en el Golfo lleva aparejado, por ambos bandos, las restricciones a la libertad de información, lo que provoca dificultades para contrastar los partes de guerra de los contendientes, así como el trabajo de los periodistas para comprobar y escribir sus impresiones sobre el desarrollo de la batalla. La única manera que el lector tiene para manejarse en esta selva de verdades y de mentiras es atendiendo a la identificación de las fuentes de las distintas informaciones que se ofrecen y buscando contradicciones.

Bagdad ordenó ayer a los periodistas occidentales que permanecían en la capital iraquí, una treintena -entre ellos el español Alfonso Rojo, del diario El mundo-, que abandonen la ciudad, según la BBC británica. Otras informaciones, también procedentes de la capital iraquí, difundidas por emisoras de radio occidentales, aseguran que las autoridades han pedido a los periodistas que dejen todo su material de trabajo antes de abandonar la ciudad "por espacio de algunos días". Tras el desconcierto inicial, sus informaciones fueron sometidas a censura menos de 24 horas después del comienzo de la guerra.

Al otro lado de las trincheras, en Riad (Arabia Saudí), los periodistas y fotógrafos han sido sometidos a censura desde ayer, según comunica Reuter. Las autoridades militares norteamericanas, británicas y francesas también han impuesto la censura a la hora de informar sobre la cantidad de hombres y material, los desplazamientos de unidades o las pérdidas humanas.

Después del segundo ataque iraquí contra Tel Aviv, las autoridades de Israel también controlan el envío de información, especialmente la que hace referencia a los planes del Gobierno de replicar a la agresión con misiles. Se ha pedido a los informadores que acudan a la radio estatal -que también puede ser escuchada en Irak- para elaborar sus trabajos. Ayer las imágenes emitidas por televisión aparecieron con un rótulo advirtiendo que habían sido censuradas.

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