Pánico en las calles de la capital de Jordania

El Ejército jordano se encuentra en estado de máxima alerta desde que se conoció aquí la noticia de que la guerra ha estallado a menos de 300 kilómetros de Ammán. El pánico ocupó las calles desiertas, y un breve comunicado de radio anunciando el comienzo de los bombardeos y llamando a la calma interrumpió el sueño de los jordanos. Sorprendido por el ataque de Estados Unidos y sus aliados, el Gobierno jordano no había acertado todavía a reaccionar cuatro horas después del comienzo de los bombardeos, aunque altos funcionarios se pusieron en contacto con representantes diplomáticos extranjeros pa...

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El Ejército jordano se encuentra en estado de máxima alerta desde que se conoció aquí la noticia de que la guerra ha estallado a menos de 300 kilómetros de Ammán. El pánico ocupó las calles desiertas, y un breve comunicado de radio anunciando el comienzo de los bombardeos y llamando a la calma interrumpió el sueño de los jordanos. Sorprendido por el ataque de Estados Unidos y sus aliados, el Gobierno jordano no había acertado todavía a reaccionar cuatro horas después del comienzo de los bombardeos, aunque altos funcionarios se pusieron en contacto con representantes diplomáticos extranjeros para expresarles su rotunda oposición al ataque y su temor de que la guerra se extienda a todo Oriente Próximo.

Fuentes diplomáticas han informado que el Gobierno jordano confiaba en que Estados Unidos le concediese a Sadam Husein más tiempo para encontrar una solución pacífica, pero la realidad brutal de la guerra deja ahora a Jordania a merced de las estrategias defensivas de sus poderosos vecinos, el propio Irak y su enemigo, Israel.La radio saudí, captada en Ammán, informó sobre la tensión reinante en los campamentos palestinos establecidos en Jordania, pero, antes del amanecer, la situación en las calles de la capital jordana era de completa normalidad.

Fuertemente acosado por el sur, se espera que la primera reacción iraquí sea, como repetidamente ha anunciado el régimen de Bagdad, un ataque con misiles contra Israel atravesando territorio jordano, lo que casi inevitablemente involucraría a este país en el conflicto.

La radio ha pedido a los Jordanos mantener la calma, permanecer en sus casas y disponerse a hacer "los máximos sacrificios" si el país se lo exige. El 75% de las fuerzas armadas jordanas, integradas por 100.000 hombres, están actualmente desplegados a lo largo de la línea de cese el fuego con Israel. Otros 100.000 hombres de la reserva ha sido convocados en las últimas horas.

Convencido de que eso no sería suficiente para contener una invasión israelí, el Gobierno jordano ha pedido, además, la ayuda de Siria, que ha concentrado tropas y armamento pesado en su frontera con el Estado judío.

Un portavoz militar israelí anunció anoche que, si se ve obligado a contestar a un ataque iraquí, respetará "la integridad territorial" tanto de Jordania como de Siria.

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Atrapada en un bocadillo entre Irak e Israel, Jordania se juega su destino como nación soberana en el conflicto que está a punto de estallar en Oriente Próximo. Cualquier combinación de una crisis que degenere hacia Israel afecta negativamente a Jordania, que ha solicitado ya la ayuda de Siria, Egipto e Irak -fundamentalmente el primero- para poder hacer frente a un intento de invasión israelí. Si Irak, como ha anunciado, contesta a la ofensiva prevista por parte de Estados Unidos con un ataque contra Israel tendrá que hacerlo utilizando el territorio o el espacio aéreo de Jordania.

Para replicar a ese ataque, Israel tendría igualmente que cruzar este país, bien sea por tierra o por aire. De esta manera, aunque Jordania no fuese el objetivo específico de ninguno de los dos países, se vería forzosamente implicada en la guerra, bien para defenderse de una invasión o para protegerse de un combate entre los dos vecinos.

El rey Hussein ha intentado hasta ahora mantener una posición de neutralidad en la crisis; así, aunque se ha sumado al bloqueo contra Irak, ha condenado la amenaza militar contra el régimen de Bagdad y ha propiciado una solución del conflicto en un contexto entre los árabes. Fracasadas todas las gestiones de paz que el rey Hussein hizo desde el comienzo de la crisis -ahora ha revelado que Sadam Husein estuvo dispuesto a retirarse de Kuwalt a cambio de una conferencia sobre Oriente Próximo en los días posteriores al 2 de agosto-, no ha modificado su postura de neutralidad.

De todos modos, ante el in cremento de la amenaza por parte de Israel, que ha concentrado tropas en la frontera común entre los dos países, el monarca jordano ha anunciado que está dispuesto a combatir junto a lo árabes contra el Estado judío.

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