La Diputación de Guipúzcoa, dispuesta a crear una empresa para realizar la autovía amenazada por ETA

La Diputación Foral de Guipúzcoa está dispuesta a crear una empresa pública para construir la autovía que unirá Navarra con Guipúzcoa si no hay empresarios que se presenten a la licitación de esta carretera, una vez que se produzca la supuesta renuncia de las seis constructoras a las que se adjudicaron las obras. Las empresas vascas Suquía, Asfaltos Naturales de Campezo, Murias, MoIlúa, Sobrino y Altuna y Uría, que se negaron a comenzar las obras por temor a las amenazas de ETA, se reunieron ayer para estudiar la posición a adoptar. La organización Asociación de Empresarios de Guipúzcoa (Adegu...

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La Diputación Foral de Guipúzcoa está dispuesta a crear una empresa pública para construir la autovía que unirá Navarra con Guipúzcoa si no hay empresarios que se presenten a la licitación de esta carretera, una vez que se produzca la supuesta renuncia de las seis constructoras a las que se adjudicaron las obras. Las empresas vascas Suquía, Asfaltos Naturales de Campezo, Murias, MoIlúa, Sobrino y Altuna y Uría, que se negaron a comenzar las obras por temor a las amenazas de ETA, se reunieron ayer para estudiar la posición a adoptar. La organización Asociación de Empresarios de Guipúzcoa (Adegui) criticó en un comunicado la actitud de las seis empresas constructoras y expresó su apoyo a la Diputación.

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El diputado general [presidente de la Diputación] de Guipúzcoa, Imanol Murua, manifestó ayer que la intención de la institución provincial es llevar adelante los trámites necesarios para que la autovía Irurzun-Andoáin sea una realidad. Una vez que se produzca la renuncia del consorcio de empresarios vascos a la adjudicación de las obras, la institución provincial iniciará el proceso necesario para poder adjudicar el proyecto a otras empresas "vascas, estatales o internacionales". En el caso de que ninguna constructora se presentase para llevar adelante esta obra, la Diputación Foral de Guipúzcoa crearía una empresa pública vasca de construcción para realizarla.Lo atípico de la situación que se ha creado, al negarse los empresarios a iniciar las obras, y la falta de normativa, ha obligado a los servicios jurídicos de la Diputación Foral de Guipúzcoa a realizar un estudio para analizar el método más sencillo, y con menor coste de tiempo, que posibilite la licitación del proyecto a nuevas constructoras. En tanto no se resuelva este tema, la institución provincial no puede hablar de plazos para el inicio de las obras de la autovía, aunque Imanol Murua expresó su confianza de que fuera antes de las elecciones municipales.

El diputado general de Guipúzcoa aseguró, con rotundidad y firmeza, que la obra tiene que ejecutarse por ser una decisión democrática. "Retirarse supondría que cada vez que quisiéramos hacer una obra importante necesitaríamos el permiso de ETA" añadió.

La patronal guipuzcoana Adegui, hizo público un comunicado ayer en el que señala que no comparte "la decisión de las empresas constructoras". Adegui manifiesta su preocupación por la decisión de las constructoras que "supone una cesión ante la amenaza y extorsión que pretende paralizar una vía de comunicación para Euskadi". El comunicado apoya, por último, la decisión de las instituciones de seguir adelante con las obras. Por su parte, el sindicato ELA-STV, mayoritario en el País Vasco, condena a ETA por colocar a los trabajadores en "una dramática situación".

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"Acciones contundentes"

Según reveló ayer el diputado general de Guipúzcoa, Imanol Murua, los propietarios de las constructoras recibieron una carta de ETA, con fecha del 13 de noviembre, en la que les daba un ultimátum para cambiar su actitud bajo la amenaza de "acciones contundentes". Posteriormente, el 23 de diciembre, los constructores recibieron una segunda amenaza a través de un comunicado de ETA, publicado en el diario Egin, en el que señalaba que las obras de la autovía eran "objetivo prioritario" de la banda armada. Según Imanol Murua, el cambio de actitud de los constructores se produjo después de una reunión que mantuvieron con una delegación de Herri Batasuna. Fue entonces cuando los empresarios manifestaron su negativa a comenzar las obras de la autovía. Previamente habían recibido las visitas, uno por uno, de miembros de HB en las que "no amenazaban, pero amenazaban" y en las que se les manifestó que "antes de que pasara por Leizarán habría muertos", según expresión utilizada en las reuniones. Hasta esa fecha los empresarios, según Murua, seguían manteniendo la misma actitud de comenzar las obras después de Reyes.

Los empresarios, señaló Murua, estaban asustados por las consecuencias que podría acarrear las acciones de ETA, ya que ellos tenían noticias de que si comenzaban las obras el atentado sería inminente. El diputado general de Guipúzcoa aseguró que la postura de los empresarios es comprensible desde el punto de vista humano, aunque rechazable políticamente. Cree Murua que no se puede ceder "ante el chantaje y la política del terror".

Los argumentos que esgrimen quienes se oponen a la construcción de esa autovía son ecológicos. El proyecto, aprobado por todas las instituciones, cuenta con todos los informes favorables necesarios para que el mismo se lleve adelante, lo que no es aceptado por la Coordinadora Antiautovía, HB y ETA, quienes alegan que el impacto medioambiental en el valle de Leizarán provocaría consecuencias irreversibles.

Para el diputado general de Guipúzcoa esos argumentos son mentira y lo único que quieren es "mantener una estrategia de tensión y violencia".

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