Cartas al director

No me aburran

Si en los últimos cinco años echara cuentas de lo que me habría producido -al 18%- el dinero que sistemáticamente se retrasa en devolverme Hacienda, llegaría a una cifra cercana a las 250.000 pesetas, con las que, entre otras cosas, me podría haber permitido el capricho de regalar un buen anillo a la compañera del vicepresidente del Gobierno -antes, señor vicepresidente del Gobierno- No ha sido el caso, pero, como de cualquier manera, y bajo no importa qué leyes humanas o divinas, ese dinero me pertenece, den por hecho el regalo, ¡muy a pesar mío! Pero como el que paga exige, les incluyo en la...

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Si en los últimos cinco años echara cuentas de lo que me habría producido -al 18%- el dinero que sistemáticamente se retrasa en devolverme Hacienda, llegaría a una cifra cercana a las 250.000 pesetas, con las que, entre otras cosas, me podría haber permitido el capricho de regalar un buen anillo a la compañera del vicepresidente del Gobierno -antes, señor vicepresidente del Gobierno- No ha sido el caso, pero, como de cualquier manera, y bajo no importa qué leyes humanas o divinas, ese dinero me pertenece, den por hecho el regalo, ¡muy a pesar mío! Pero como el que paga exige, les incluyo en la tarjeta de dedicatoria el siguiente rotulito: "Con frecuencia, la incompetencia de quien manda le paga, además, sus caprichos".Así, el tan manido eslogan "Hacienda somos todos", resulta, además de cursi, inapropiado, y, si me apuran mucho, hasta intolerable. Conozco muchas personas -entre las que me incluyo- que no nos dedicamos a extorsionar al indefenso y, por tanto, no podemos ser Hacienda. Porque estarán conmigo en que, además de ustedes, ninguna otra entidad, organismo, particular, asociación o individuo podría deberme impunemente 250.000 pesetas, sabiendo que no me las va a devolver, y con el agravante de no poder recurrir. Mi economía, atracada ya por el Gobierno que me gobierna, no podría soportarlo. Ustedes sí son Haciendo, pero no así tanto ciudadano honesto. Y hay que dar gracias por ello.

Así es que no aburran ustedes más al personal con el eslogan de marras. Pase que sean incompetentes, pero, por favor, ¡no sean pesados!-

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