Una 'ley de hierro' para los beneficios lleva al desastre, dice el Nobel Miller

El último premio Nobel de economía Merton Miller, quien obtuvo el galardóri junto con otros dos profesores norteamericanos Harry Marcowitz y William Sharpe, señaló ayer, en una rueda de prensa celebrada en Madrid, que una ley de hierro sobre los beneficios empresariales es la mejor receta para el desastre.

Añadió que la mejor forma de controlar los beneficios empresariales excesivos es fomentar la competencia entre empresas del mismo sector, pero que si este control se intenta hacer mediante la 'ntervención del Estado lo único que consigue es frenar la productivídad y la comp...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El último premio Nobel de economía Merton Miller, quien obtuvo el galardóri junto con otros dos profesores norteamericanos Harry Marcowitz y William Sharpe, señaló ayer, en una rueda de prensa celebrada en Madrid, que una ley de hierro sobre los beneficios empresariales es la mejor receta para el desastre.

Añadió que la mejor forma de controlar los beneficios empresariales excesivos es fomentar la competencia entre empresas del mismo sector, pero que si este control se intenta hacer mediante la 'ntervención del Estado lo único que consigue es frenar la productivídad y la competencia.

Sobre este tema, insistió en que en Estados Unidos se han hecho muchas locuras en matería de política económica, "pero nunca hemos llegado al extremo de limitar los benefielos empresariales".

Solamente alguien que pretenda provocar una reacción puede poner en duda que los beneficios son algo positivo en general para la sociedad a la altura del siglo en que nos encontramos, matizó Miller a preguntas de los informadores tras la conferencia que pronunció en la tarde de ayer en Madrid.

Miller recordó que tras la II Guerra Mundial se creó en Estados Unidos una especie de impuesto sobre los beneficios excesivos, que lo único que hizo fue reducir la competitivad de las empresas. "Espero que los gobiernos modernos se den cuenta de que esta es la mejor receta para el desastre, ya que impide que las empresas tengan un mínimo de competitividad", manifestó.

Más adelante se refirió a la actual situación de la economía mundial y dijo que aunque es cierto que estamos entrando en una recesión, esta no es preocupante, ya que las economías están hoy preparadas para que no ocurra como en los años 30.

Archivado En