EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Bush insiste en desligar el problema palestino del iraquí

El presidente George Bush ratificó ayer en Santiago de Chile que Washington no vinculará la crisis provocada por Sadam Husein con el conflicto palestino, añadió que la celebración de una conferencia internacional en estos momentos "no haría sino complicar la situación" y recalcó con firmeza que "no hay ni habrá posibilidad de vincular ambas cuestiones". Bush aseguró que recibía con alegría la liberación de los rehenes "si es cierta", pero EE UU mantiene su firmeza frente a Irak.

El presidente George Bush declaró ayer en Santiago de Chile, que, aunque la oferta de Bagdad se confirme, no ...

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El presidente George Bush ratificó ayer en Santiago de Chile que Washington no vinculará la crisis provocada por Sadam Husein con el conflicto palestino, añadió que la celebración de una conferencia internacional en estos momentos "no haría sino complicar la situación" y recalcó con firmeza que "no hay ni habrá posibilidad de vincular ambas cuestiones". Bush aseguró que recibía con alegría la liberación de los rehenes "si es cierta", pero EE UU mantiene su firmeza frente a Irak.

El presidente George Bush declaró ayer en Santiago de Chile, que, aunque la oferta de Bagdad se confirme, no tiene la menor intención de cambiar su exigencia de que Irak se retire de Kuwait en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas.El secretario de Estado James Baker, reafirmó en Washington la declaración de su presidente, y dijo que el anuncio de Sadam "no reduce la determinación de EE UU de que Bagdad retire todas sus tropas de Kuwait". Baker también negó que EE UU "propicie una conferencia de paz en Oriente Próximo".

Bush, que llegó ayer a la capital chilena procedente de Buenos Aires en la penúltima etapa de un viaje a cinco países latinoamericanos, desmintió rotundamente una información procedente de Nueva York, según la cual Estados Unidos estaría dispuesto a apoyar la convocatoria de una conferencia de paz para el Próximo Oriente

Con relación al tema de los rehenes, manifestó que, en primer lugar, esperaba que la oferta de liberación fuera "creíble". En segundo lugar, declaró que nunca debió producirse una toma de rehenes, que ha sido condenada por el mundo, y, tercero, "la oferta parece demostrar que nuestra política está empezando a dar sus frutos", dijo.

"Doy la bienvenida a la medida si es cierta. Pero no pienso cambiar mi posición que no es otra que Sadam Husein cumpla al cien por cien las resoluciones de Naciones Unidas", subrayó.

El presidente norteamericano se mostró totalmente inflexible en el tema de la retirada total e incondicional de las tropas iraquíes del emirato ocupado desde el pasado 2 de agosto. "Nadie niega que la posible liberación de los rehenes sea algo muy bueno, pero el problema es la agresión iraquí contra Kuwait, emirato que Irak debe abandonar sin condiciones como pide todo el mundo", manifestó.

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En el transcurso de la rueda de prensa, ofrecida conjutamente con su anfitrión, el presidente chileno, Patricio Aylwin, Bush fue interrogado repetidamente por los informadores norteamericanos sobre las causas de su oposición a convocar una conferencia de paz.

Posición invariable

Después de recordar su posición invariable en este tema desde el principio de la crisis, reiterada al final de su cumbre de Helsinki con el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, y en su intervención en octubre ante las Naciones Unidas, Bush declaró que no estaba dispuesto a "premiar la agresión de Sadam Husein" con una medida que pudiera ser presentada por el presidente iraquí como una concesión arrancada a Washington.

Bush ratificó su postura desde el inicio del conflicto, acerca de que Irak ha tratado de justificar su agresión con el tema de los territorios ocupados (por Israel). "Seguímos interesados en que se resuelva el problema palestino, pero no vincularemos la agresión cometida por Irak con la cuestión palestina. Una conferencia complicaría las cosas todavía más. El truco montado por Saddam Hussein (con la pretensión de vincular los dos temas) no va a funcionar", dijo. El presidente, moviendo el brazo para dar más fuerza a sus palabras, declaró varias veces que "no hay ni habrá en el futuro posibilidad de ligar las dos cuestiones".

Bush negó irritadamente la posibilidad de que la oferta de liberación de los rehenes por Bagdad obedeciera a la existencia de negociaciones secretas entre los dos países. "No ha habido, hay, ni habrá negociaciones secretas directas o indirectas con Irak", manifestó.

El jefe de la diplomacia norteamericana, que deberá viajar a Bagdad antes del 15 de enero, declaró que la liberación de los rehenes "no reducirá, no debería reducir, nuestra determinación de que la agresión de Irak a Kuwait debe dar marcha atrás y que Sadam cumpla todas las resoluciones del Consejo de Seguridad".

Baker dijo ante el Comité de Asuntos Exteriores del Senado de que el hecho de que Sadam permita la salida de todos los rehenes de Irak y Kuwait es un "acontecimiento positivo y significativo", aunque reconoció que en el momento en que se hallaba ante el Comité, la noticia lanzada desde Bagdad aún no había sido comunicada oficialmente a Washington.

En opinión del secretario de Estado, la postura de Sadam indica que la presión internacional "comienzan a funcionar". "Para mí", dijo, "no es una coincidencia de que este anuncio llegue una semana después de que la comunidad internacional [a través del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas] apoyara abrumadoramente el uso de la fuerza". Baker negó ayer de forma rotunda que el cuerpo diplomático norteamericano en Naciones Unidas este apoyando una resolución de la ONU para convocar una conferencia internacional que aborde los problemas de Oriente Próximo. El secretario de Estado recalcó que el problema sigue siendo "la agresión contra Kuwait.

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