Renovado un pacto entre la Comunidad Europea y Norteamérica
La Comunidad Europea (CE), por un lado, y los dos países norteamericanos, EE UU y Canadá, por otro, pactaron ayer los textos de sendas declaraciones transatlánticas que actualizan e institucionalizan sus relaciones pero a las que acordaron no dar una gran publicidad. Ambas declaraciones pretenden reafirmar la validez del vínculo entre ambos continentes tras los cambios sucedidos en el Viejo Continente y a pesar de las divergencias que les enfrentan en el GATT (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles) sobre, entre otras cosas, las subvenciones agrícolas.
Concretamente, el texto ad...
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La Comunidad Europea (CE), por un lado, y los dos países norteamericanos, EE UU y Canadá, por otro, pactaron ayer los textos de sendas declaraciones transatlánticas que actualizan e institucionalizan sus relaciones pero a las que acordaron no dar una gran publicidad. Ambas declaraciones pretenden reafirmar la validez del vínculo entre ambos continentes tras los cambios sucedidos en el Viejo Continente y a pesar de las divergencias que les enfrentan en el GATT (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles) sobre, entre otras cosas, las subvenciones agrícolas.
Concretamente, el texto adoptado por EEE UU y la CE prevé que el presidente del Consejo Europeo, actualmente el primer ministro italiano, Giulio Andreotti, y el presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, mantendrán dos reuniones anuales con el jefe de Estado norteamericano.
Consultas bianuales similares se producirán también entre la Comisión, los ministros de Asuntos Exteriores de los Doce y el secretario de Estado estadounidense. Este tipo de encuentros se habían empezado a celebrar desde hace algún tiempo pero no tenía carácter institucional como lo adquirirá a partir de ahora.
Otros contactos periódicos a niveles inferiores quedan también recogidos en el texto acabado de negociar ayer pero estas consultas no tendrán lugar entre expertos, como deseaba el Gobierno de Washington, a causa de la oposición francesa. París temía que, si se llegaban a celebrar, Estados Unidos estuviese asociado de forma demasiado estrecha a la actividad de la Comunidad Europea.