CONFESIONES DE UN HOMBRE DE ESTADO

Andreotti no existe

Giulio Andreotti no existe. El Andreotti que sus amigos (pocos) y sus enemigos (muchos) dicen conocer es un hombre de edad eterna, gran conocedor de la frágil naturaleza humana, ambicioso, enigmático y cínico. Andreotti, como le ha ocurrido a insignes personajes de la historia, ha visto diluirse su derrochadora personalidad en una leyenda que, al cobrar vida propia, ha acabado por devorarle y ocupar su lugar.El Andreotti verdadero no nació ayer, como a él le gusta recordar. Tiene 71 años. No es psicólogo precisamente, sino político de pura raza. Lo tiene casi todo y, por tanto, apenas ambicion...

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Giulio Andreotti no existe. El Andreotti que sus amigos (pocos) y sus enemigos (muchos) dicen conocer es un hombre de edad eterna, gran conocedor de la frágil naturaleza humana, ambicioso, enigmático y cínico. Andreotti, como le ha ocurrido a insignes personajes de la historia, ha visto diluirse su derrochadora personalidad en una leyenda que, al cobrar vida propia, ha acabado por devorarle y ocupar su lugar.El Andreotti verdadero no nació ayer, como a él le gusta recordar. Tiene 71 años. No es psicólogo precisamente, sino político de pura raza. Lo tiene casi todo y, por tanto, apenas ambiciona nada. Su único sueño secreto es culminar su carrera como presidente de la República. Y ¿quién ha dicho que sea cínico? Otra cosa es que en la práctica del toreo de altos vuelos utilice el arte del compromiso para prodigar verónicas y luego mate a la primera.

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Conversar con una leyenda no es fácil. Como le ocurre al lector de los relatos de terror, hay momentos en que el entrevistador cree estar siendo perseguido por el monstruo de mil cabezas. Es una sensación que dura apenas segundos, esos segundos en que la duda, una duda sin respuesta, se instala en el diálogo.

De profesión ministro (en 14 ocasiones), por no decir primer ministro (cinco veces). Partido: la Democracia Cristiana, virgen, como él, en la práctica de la alternancia política.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
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