El corazón profundo de Alemania

"Turingia, el corazón verde de Alemania", dice el eslogan turístico de este nuevo land alemán. Nadie discute que la tierra donde nacieron Bach y Schiller y vivieron Lutero y Goethe, la región donde se encuentran lugares tan significativos como Weimar, el castillo de Wartburg o el campo de concentración de Buchenwald, está en el centro de la nueva Alemania y su historia se hunde en las raíces del pueblo alemán. Lo verde, sin embargo, es más problemático. Su belleza natural esconde que más de la mitad de sus árboles están enfermos por la lluvia ácida.

Comparado con lo sucedido en otras pa...

"Turingia, el corazón verde de Alemania", dice el eslogan turístico de este nuevo land alemán. Nadie discute que la tierra donde nacieron Bach y Schiller y vivieron Lutero y Goethe, la región donde se encuentran lugares tan significativos como Weimar, el castillo de Wartburg o el campo de concentración de Buchenwald, está en el centro de la nueva Alemania y su historia se hunde en las raíces del pueblo alemán. Lo verde, sin embargo, es más problemático. Su belleza natural esconde que más de la mitad de sus árboles están enfermos por la lluvia ácida.

Comparado con lo sucedido en otras partes de Alemania oriental, la vieja sociedad turingia ha salido relativamente bien de los 40 años de comunismo. El Gobierno de Berlín oriental nunca consiguió acabar con la clase media. Todavía en la actualidad siguen existiendo en cada pueblo los oficios tradicionales como panadero, carnicero o barbero. Mal que bien se las arreglaron para mantener las estructuras tradicionales, e incluso durante el gran flujo migratorio del año pasado fueron pocos los turingios que escaparon a la vecina Alemania.El land tiene una antigüedad política que. data tan sólo de 1920, ya que, aunque culturalmente homogéneo, siempre estuvo dominado por otras entidade,s más fuertes, como Sajonia. Pese a ser el más pequeño de los nuevos cinco lander, alberga a casi tres millones de habitantes y posee,un armazón económico equilibrado y diverso.La famosa óptica Karl Zeiss, en Jena, que ahora volverá a unirse a la parte que se instaló en la RFA, la fábrica de automóviles Wartburg, de Eisenach, que fuera en su tiempo propiedad de BMW y que ha sido adquirida recientemente por Opel, empresas de microelectrónica, mecánica de precisión y textiles se combinan con una agricultura especializada en frutas y flores. Pero, indiscutiblemente, la mayor industria que se puede desarrollar en el futuro es la turística.

Al margen de Weimar, la ciudad que definió a la República de entreguerras, la próxima capital de Turingia, Erfurt, es una de las más bellas ciudades medievales del mundo y cuenta con un casco antiguo que ha sido declarado por la Unesco patrimonio de la humanidad Los grandes castillos, como Wartburg, el Háselberg de Wotan, Tannháuser o el Kyffhäuser de Barbarrosa, se distribu yen por un paisaje de suaves colinas y pequeños valles verdes. La historia de Alemania está escrita entre sus piedras. Lutero, Goethe y Schiller pusieron en Turingia los fundamentos del idioma alemán.

Resistencia a los cambios

Este carácter burgués, esta resistencia a los cambios, indica también claramente que Turingia es un Estado conservador. Durante los años del nazismo fue uno de sus feudos, y en las pasadas elecciones del mes de marzo, la CDU consiguió la mayoría absoluta, casi un 53%, mientras que los socialdemócratas se quedaban en un escuálido 17 ,5%. La Unión Social Alemana (DSU), el pequeño partido ultraconservador ligado a la CSU de la vecina Baviera, tiene también su feudo en este land, y confia en los resultados que pueda obtener en Turingia para sobrevivir en el próximo Bundestag.El SPD, consciente de su debilidad, presenta como candidato a uno de los más notorios elementos de su ala derecha, Friedhelm Farthmann, de 59 años, actual jefe del grupo parlamentario en Renania del Norte-Westfalia. Los democristianos han optado por un político local, Josef Duchac, de 50 años, natural de Gotha y actual portavoz de este land en Bonn.

Los últimos sondeos adjudicaban un 45% a la CDU y un 20% al SPD. La presencia de los comunistas renovados del PDS, que en marzo sacaron más de un 10%, así como la implantación de'los liberales y de la DSU, hace prever un Gobierno de coalición, aunque del resultado depende si será con el FDP, no muy arraigado en Turingia, o con la DSU. Una coalición del partido del canciller Kohl con este último produciría efectos un tanto especiales y abriría en el futuro una brecha de imprevisibles consecuencias en la derecha alemana.