El ejército de EE UU en Arabia Saudi renueva su equipo contra gases letales

Los primeros vehículos Fox, detectores de armas químicas, llegaron ayer a Arabia Saudí a bordo de un gigantesco avión C-5 Galaxy, de la Fuerza Aérea norteamericana, procedente de Ramstein (República Federal de Alemania). El Gobierno alemán occidental se ha comprometido a entregar 60 de estos ultramodernos olfareadores de gas -que pueden detectar además otros agentes tóxicos, como los nucleares y biológicos-, que están equipados con sistemas de reconocimiento y un laboratorio capaz de identificar en el acto más de 400 clases de sustancias químicas.

ENVIADO ESPECIAL. El Ejército norteamer...

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Los primeros vehículos Fox, detectores de armas químicas, llegaron ayer a Arabia Saudí a bordo de un gigantesco avión C-5 Galaxy, de la Fuerza Aérea norteamericana, procedente de Ramstein (República Federal de Alemania). El Gobierno alemán occidental se ha comprometido a entregar 60 de estos ultramodernos olfareadores de gas -que pueden detectar además otros agentes tóxicos, como los nucleares y biológicos-, que están equipados con sistemas de reconocimiento y un laboratorio capaz de identificar en el acto más de 400 clases de sustancias químicas.

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ENVIADO ESPECIAL. El Ejército norteamericano tiene presente esta aterradora modalidad de combate tras la amenaza que lanzó Sadam Husein al comienzo de la crisis, cuando dijo que replicaría con armas químicas si sus tropas invasoras de Kuwait eran atacadas. Ha obligado a todos sus soldados a que lleven constantemente colgado del cinto un equipo especial compuesto de traje, botas y máscara antigás. Sadam Husein utilizó armas químicas durante la guerra de ocho años contra Irán y, posteriormente, contra los rebeldes kurdos.Los nuevos vehículos Fox alcanzan una velocidad de 100 kilómetros por hora, son tan cómodos como un automóvil de lujo y van herméticamente cerrados. Ello permite que la tripulación de cuatro personas no tenga necesidad de salir al exterior para realizar los análisis. El vehículo Fox está blindado.

El automatismo de los sistemas de detección no excluye la posibilidad de que la tripulación realice sus propias tomas manuales de muestras, una operación que realiza sirviéndose de un brazo extensible situado en la parte trasera del vehículo. Las muestras recogidas se analizan en un centro especial de descontaminación. Los olfateadores Fox, que succionan como un aspirador doméstico los agentes químicos de la atmósfera, depositan esas muestras en un aparato electrónico quejas analiza e identifica en un ordenador incorporado al sistema. El ordenador detecta en tres segundos la presencia de un cigarrillo sin encender. En la pantalla aparece la presencia de la nicotina.

El mando norteamericano no ha querido revelar si va a cubrir sus necesidades únicamente con 60 de estos vehículos.

Por otra parte, el Ejército norteamericano se ha visto en la necesidad de sustituir sus propios equipos antigás por otros más ligeros fabricados poir la British Aerospace, de una calidad muy superior. El precio de cada equipo asciende a 350 dólares (unas 35.000 pesetas), pero de momento no están a la venta al público. Los equipos retirados por el Ejército norteamericano resultaban excesivamente calurosos

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