El 'Gran Capitán' embalsamado

Medio Ambiente invierte cuatro millones para que perdure el árbol bajo el que pintó Goya

Cuentan que Goya dibujó bocetos bajo sus ramas y que por ser el árbol más grande de la antigua pradera del Corregidor, situada junto a la ermita de San Antonio de la Florida, se le llamó el Gran Capitán. Los vecinos simplemente le recuerdan como el árbol "gordo" al que se comieron los hongos. Murió hace siete años y la autopsia dijo que se lo llevó la graflosis a la edad de 200 o quizá 250 años. Los tratamientos y operaciones quirúrgicas a que se le sometió no pudieron sino retrasar su muerte algunos meses.Aquel olmo, identificado con Goya desde que el pintor com

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Cuentan que Goya dibujó bocetos bajo sus ramas y que por ser el árbol más grande de la antigua pradera del Corregidor, situada junto a la ermita de San Antonio de la Florida, se le llamó el Gran Capitán. Los vecinos simplemente le recuerdan como el árbol "gordo" al que se comieron los hongos. Murió hace siete años y la autopsia dijo que se lo llevó la graflosis a la edad de 200 o quizá 250 años. Los tratamientos y operaciones quirúrgicas a que se le sometió no pudieron sino retrasar su muerte algunos meses.Aquel olmo, identificado con Goya desde que el pintor com

prara una finca por la zona -era 1819- y acudiera a su sombra a pintar según su leyenda, es el pri mer árbol singular al que el Ayuntamiento aplica un tratamiento especial para que perdure. El Gran Capitán, ya hueco, con grandes ventanales en su corteza y raíces secas que apenas podían con el tronco, se transformará en un monumento a la naturaleza muerta. Su embalsamamiento costará cuatro millones de pesetas.

El proceso es delicado y complejo. Se trata de consolidar la estructura interior con hormigón, de tal manera que no reviente el árbol; asegurar la base para que resista el sobrepeso y hacer un tratamiento de la corteza que evite su putrefacción o sea pasto de hongos o insectos. Los trabajos comenzaron el martes y se prolongarán durante cuatro meses. Mientras, el alicaído tronco del venerable vegetal estará rodeado de andamios.La Concejalía de Medio Ambiente se comprometió, en unas jornadas sobre la rehabilitación del Retiro celebradas a comienzos del verano, en el Jardín Botánico, a catalogar y conservar los árboles singulares de Madrid. El cadáver del Gran Capitán, que amenazaba con venirse abajo undía tormentoso cualquiera, tenía que talarse o ser tratado."Hubiera sido una pena haberlo cortado; por ello decidimos convertirlo en una especie de monumento", comenta José Luis Mato, director del Servicio municipal de Parques y Agua.El árbol más viejo

El Gran Capitán, cuyas cercena das ramas engalanan cada año por Carnaval la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina, se ha ganado el respeto de la tradición a pesar de no ser de los árboles más antiguos de Madrid. Ni siquiera su nombre parece tener gran historia. "Cuando murió alguien colocó un cartel y lo bautizó así. Los viejos de la zona nunca lo llamaron así", recuerda el presidente de la Asociación Familiar Cuartel de la Montaña, Juan Antonio Álvarez.

Un ciprés calvo que vive en el parterre del Retiro tiene el honor de ser el árbol más anciano de Madrid. Su edad puede aproximarse a los 400 años, aunque hay quien la rebaja hasta los 250.El ciprés, que tiene una amplia cepa de la que nacen siete gruesos troncos, ha sido objeto de varios atentados: alrededor de su base, un arboricida depositó sal y pintura. El equipo de conservación llegó a tiempo antes de que la sal, cuidadosamente regada, alcanzara las raíces.

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