'Vade retro', tecnócrata

El equipo de economistas defensores de la transición hacia el mercado libre fue el grupo más castigado por los sectores conservadores del 28º Congreso del PCUS, según demostró la gran cantidad de votos negativos que obtuvieron sus candidaturas al Comité Central del partido.El Comité Central se amplió de 398 puestos previstos inicialmente hasta 412, y de esta forma, absolutamente todos los candidatos recibieron un sillón en el máximo foro del partido. De haberse mantenido el cupo inicial, el académico Leonid Abalkin, primer vicepresidente del Gobierno y máximo responsable de la reforma económic...

El equipo de economistas defensores de la transición hacia el mercado libre fue el grupo más castigado por los sectores conservadores del 28º Congreso del PCUS, según demostró la gran cantidad de votos negativos que obtuvieron sus candidaturas al Comité Central del partido.El Comité Central se amplió de 398 puestos previstos inicialmente hasta 412, y de esta forma, absolutamente todos los candidatos recibieron un sillón en el máximo foro del partido. De haberse mantenido el cupo inicial, el académico Leonid Abalkin, primer vicepresidente del Gobierno y máximo responsable de la reforma económica de Nikolái Rizhkov, se hubiera quedado entre los 14 aspirantes sobrantes, ya que obtuvo nada menos que 1.681 votos negativos.

Por orden de impopularidad entre los delegados del 28º congreso, Abalkin fue seguido por Otto Latsis, también economista y vicedirector de la revista teórica del PCUS Komunist. No se quedó a la zaga Stanislav Shatalin, miembro del Consejo Presidencial y responsable de los sectores económicos en este organismo. Shatalin, que, junto con Latsis, figuraba en la lista de representantes de los comunistas de Rusia, cosechó 1.100 votos en contra, unos cuantos más que Pavel Bunich, el rector de la Academia de Economía del Consejo de Ministros de la URSS.

El 282 congreso reaccionó con alergia a la palabra mercado. Así quedó demostrado en una votación exigida por Víctor Tiulkin, secretario del partido en una empresa de Leningrado. Con objeto de fijar la opinión de la minoría, Tiulkin pidió, en nombre de una parte de la plataforma marxista que impulsó la iniciativa de formar un partido comunista ruso en la segunda ciudad de la URSS, que se registrara la actitud de la sala respecto a las relaciones mercantiles. Un total de 1.259 delegados votaron para que el partido lleve a cabo una amplia discusión sobre proyectos alternativos de reforma económica.