Desfiles y pobreza

Los militares soviéticos han tenido su fiesta, pero son muchos los que piensan que no hay grandes motivos de alegría. El semanario Literatúrnaya Gazeta publicaba ayer una carta de un veterano que refleja el sentimiento popular."No hay que organizar desfiles militares en la plaza Roja", escribe Guennadi Naidich, "porque el país ya sabe que los uniformados que desfilan por ella, en esencia, no tienen techo, garantías de una vida digna, que sus esposas e hijos en algunas partes se convierten en blanco de la violencia o, en el mejor de los casos, pasan a engrosar la lista de refugiados que ...

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Los militares soviéticos han tenido su fiesta, pero son muchos los que piensan que no hay grandes motivos de alegría. El semanario Literatúrnaya Gazeta publicaba ayer una carta de un veterano que refleja el sentimiento popular."No hay que organizar desfiles militares en la plaza Roja", escribe Guennadi Naidich, "porque el país ya sabe que los uniformados que desfilan por ella, en esencia, no tienen techo, garantías de una vida digna, que sus esposas e hijos en algunas partes se convierten en blanco de la violencia o, en el mejor de los casos, pasan a engrosar la lista de refugiados que conocemos desde los tiempos de la guerra".

"No hay que organizar desfiles en el centro de Moscú", añade, "si en sus suburbios y estadios este mismo día otras decenas de miles de personas realizan mítines contra aquello que hemos construido como resultado de la victoria". Es decir, contra el socialismo, dice el veterano.

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