Planes y retenciones liberatorias son los estímulos al ahorro más utilizados en la CE

Uno de los aspectos más polémicos de la reforma fiscal en marcha es la introducción de incentivos fiscales al ahorro. Aunque la mayor parte de los países europeos utilizan algún sistema para estimularlo, no existe un modelo común. Los planes de ahorro, que incentivan el que se produce a largo plazo, las retenciones liberatorias y los mínimos exentos son los sistemas más utilizados. Hacienda estudia esta última posibilidad, con lo que el nuevo impuesto sobre la renta puede introducir un mínimo exento para los intereses percibidos en el año. Ese mínimo se situará entre las 100.000 y las 500.000 ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Uno de los aspectos más polémicos de la reforma fiscal en marcha es la introducción de incentivos fiscales al ahorro. Aunque la mayor parte de los países europeos utilizan algún sistema para estimularlo, no existe un modelo común. Los planes de ahorro, que incentivan el que se produce a largo plazo, las retenciones liberatorias y los mínimos exentos son los sistemas más utilizados. Hacienda estudia esta última posibilidad, con lo que el nuevo impuesto sobre la renta puede introducir un mínimo exento para los intereses percibidos en el año. Ese mínimo se situará entre las 100.000 y las 500.000 pesetas anuales.

Más información

Los incentivos fiscales al ahorro popular son una de las novedades anunciadas en la reforma del impuesto sobre la renta (IRPF), en fase de discusión. El objetivo es estimular el pequeño ahorro en línea con lo que hacen los restantes países europeos, ya que -aseguran fuentes de Hacienda- el mercado único facilitará la colocación del ahorro en los países con menor tributación y España necesita mantener un alto nivel de inversión, para lo que hay que intentar evitar que el ahorro interior se fugue.

Este objetivo no tiene una solución única en la Comunidad Europea, según un estudio comparativo que ha realizado el Instituto de Estudios Fiscales. A los incentivos a la suscripción de planes de pensiones o seguros de vida y a la compra de la vivienda se unen sistemas que intentan fomentar el ahorro a largo plazo, así como primar fiscalmente los rendimientos del capital mobiliario hasta una determinada y reducida cuantía. Esto último se realiza en países como Bélgica o el Reino Unido a través de retenciones fiscales liberatorias.

La segunda posibilidad, en principio preferida por la Hacienda española, consiste en introducir un mínimo exento en los rendimientos del capital mobiliario. Ese mínimo existe en países como la República Federal de Alemania, Holanda, Reino Unido o Bélgica, aunque sólo en Reino Unido supera las 200.000 pesetas anuales. Hacienda está estudiando el efecto de la introducción de un mínimo entre las 100.000 y las 500.000 pesetas anuales y, en principio, se muestra a favor de la banda más baja.

El mínimo exento por intereses es de 104.000 pesetas para las familias en la RFA, de 52.000 pesetas para los matrimonios sin hijos y de 26.000 para los solteros. La exención se aplica a los rendimientos obtenidos en depósitos a plazo y libretas de ahorro. En Bélgica, el mínimo de intereses exentos es de 155.000 pesetas anuales para los depósitos de ahorro en instituciones financieras autorizadas. Este mínimo es más bajo en Holanda, de sólo 57.000 pesetas anuales, y el doble para los matrimonios. El sistema fiscal del Reino Unido permite una exención ilimitada de los intereses que se perciben por inversiones en Certificados de Ahorro Nacional.

Ahorro popular

Los planes de ahorro popular, que introdujo Francia y a los que se han sumado posteriormente Bélgica y Reino Unido, intentan primar el pequeño ahorro que además tiene una permanencia a largo plazo. En Francia, las aportaciones al plan, que deben tributar en el impuesto sobre la renta personal del ahorrador, no pueden exceder de 12 millones de pesetas durante los 10 años que debe mantenerse la inversión. Los rentas de ese capital no tributan, ni tampoco las retiradas de fondos, ya que lo hicieron previamente. El plan se clausura y obliga a tributar por los rendimientos si se retira alguna cantidad antes de ocho años.

El plan de ahorro a largo plazo instaurado en Bélgica es más favorable ya que exonera de tributación tanto a las aportaciones al plan como a los rendimientos. Esta dirigido a rentas aún más modestas, pues en los 10 años de duración del plan no pueden excederse las 620.000 pesetas, o el doble para los matrimonios.

El Reino Unido ha introducido en el presupuesto de este año un plan de ahorro que entrará en vigor en 199 1. El plazo aquí es inferior, de sólo cinco años, y la cuantía anual máxima algo superior, de 315.000 pesetas anuales, o 1.575.000 pesetas a lo largo de los cinco años. El plan exime de tributación los intereses obtenidos en cuentas de ahorro, en bancos o en sociedades hipotecarias (building societies).

Archivado En