Escepticismo sobre el supuesto 'supercañón' británico destinado a Irak

Un creciente escepticisino rodea las alegaciones realizadas por expertos del Ministerio de Defensa británico sobre la exportación a Irak de una tubería capaz de ensamblarse v formar el cañón de la pieza artillera más grande del mundo. La propia Margaret Thatcher ha reconocido que no todos los expertos coinciden sobre el eventual uso de las piezas retenidas en Teesport, en el noreste de Inglaterra. La compañia fabricante de las piezas. Shellield Forgermasters, ha calificado de "absurdas" las alegaciones que se han hecho de que estas tuberías son en realidad armas, y ha revelado que los ocho fra...

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Un creciente escepticisino rodea las alegaciones realizadas por expertos del Ministerio de Defensa británico sobre la exportación a Irak de una tubería capaz de ensamblarse v formar el cañón de la pieza artillera más grande del mundo. La propia Margaret Thatcher ha reconocido que no todos los expertos coinciden sobre el eventual uso de las piezas retenidas en Teesport, en el noreste de Inglaterra. La compañia fabricante de las piezas. Shellield Forgermasters, ha calificado de "absurdas" las alegaciones que se han hecho de que estas tuberías son en realidad armas, y ha revelado que los ocho fragmentos sospechoso son parte de un pedido de 52, y que el resto ya fue enviado a Irak, con la aprobación del Ministerio de Comercio e Industria, para ser usadas en la polimerización de polictileno, un proceso para la fabricación de plásticos en el que es necesario el empleo de tuberías de alta presión como las secuestradas.

Fuentes de Defensa parecen estar tornando distancias sobre las acusaciones realizadas el jueves e indican que el que las piezas puedan convertirse en un cañón no quiere decir que realmente lo vayan a ser, por más que los servicios de aduanas insistan en que las ocho tuberías retenidas se ajustan al modelo de un supercañón diseñado por el ingeniero canadiense Gerard Bull, un traficante de armas que trabajaba para Irak y fue asesinado el mes pasado en Bélgica.

Bagdad sigue negando las intenciones que se le atribuyen con este y anteriores cargamentos, y su ministro de Exteriores, Tariq Aziz, ha declarado: "Aun si comprarnos una caja de chocolatinas a los ingleses, dirán que vamos a fabricar una bomba atórnica". La oposición va a pedir la apertura de una investigación.

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