Ningún caza intercepto al avión real marroquí que aterrizó en Córdoba

El avión de la Casa Real marroquí que el pasado 3 de enero efectuó un aterrizaje de emergencia en Córdoba "no fue interceptado ni conducido" a dicho aeropuerto por un caza del Ejército del Aire español, en contra de lo que aseguró entonces el Ministerio de Defensa. Así lo ha reconocido ahora el Gobierno, en respuesta a una pregunta del diputado de Izquierda Unida Antonio Romero. Según fuentes militares consultadas por EL PAÍS, el sistema de alerta y defensa aérea no llegó a activarse, pues no se consideró peligrosa la incursión de un vuelo no identificado procedente de Marruecos.

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El avión de la Casa Real marroquí que el pasado 3 de enero efectuó un aterrizaje de emergencia en Córdoba "no fue interceptado ni conducido" a dicho aeropuerto por un caza del Ejército del Aire español, en contra de lo que aseguró entonces el Ministerio de Defensa. Así lo ha reconocido ahora el Gobierno, en respuesta a una pregunta del diputado de Izquierda Unida Antonio Romero. Según fuentes militares consultadas por EL PAÍS, el sistema de alerta y defensa aérea no llegó a activarse, pues no se consideró peligrosa la incursión de un vuelo no identificado procedente de Marruecos.

El Ministerio de Defensa facilitó, el 4 de enero último, un pormenorizado relato del incidente protagonizado, un día antes, por el avión de la Casa Real marroquí, con cuatro familiares del rey Hassan a bordo, que efectuó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Córdoba. Según la versión de Defensa, el avión, un Gulfstream de traslado de personalidades, fue detectado, a las 14.35 horas, sobre la vertical de Tánger (Marruecos), volando rumbo a la Península, a 7.500 pies de altura y 200 nudos de velocidad.En el momento en que penetró en el espacio aéreo español, aseguró entonces el departamento de Defensa, un Mirage F-1, de la red de alerta aérea, despegó de la base de los Los Llanos (Albacete), y fue al encuentro del avión no identificado. El Gulfstream, que había sufrido una avería en su sistema eléctrico y se había quedado sin instrumentos de navegación ni comunicación, fue interceptado por el F-1 al sur de Morón de la Frontera y conducido, mediante señales luminosas, hasta el aeropuerto de Córdoba, donde aterrizó a las 16.15 horas.

Un portavoz del Ministerio de Defensa llegó a declarar que el incidente "ha servido para demostrar la eficacia y el buen funcionamiento del sistema de alerta aérea, así como de los mecanismos de intercepción y ayuda a la navegación".

Rectificación oficial

Toda esta versión se ha venido abajo con la respuesta remitida por el Gobierno a las Cortes, en la que asegura que el avión de la Casa Real marroquí "no fue interceptado ni conducido al aeropuerto de Córdoba". Fuentes militares han manifestado a este diario que el Gulfstream fue efectivamente detectado a la altura de Tánger, pero que posteriormente se le perdió la pista al penetrar en la sombra producida por el Peñón.

Cuando fue localizado de nuevo, explican las mismas fuentes, estaba ya sobre territorio español y, aunque no se logró contactar con él, tampoco se consideró peligroso, dada la altura y la velocidad a la que volaba.

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El F-1 que partió de la base de Los Llanos (Albacete) no fue a interceptarlo, ya que era demasiado tarde para ello, ni pudo, en consecuencia, conducirlo al aeropuerto de Córdoba, donde el avión marroquí tomó tierra por sus propios medios; después de que, al parecer, no lograra aterrizar en el aeropuerto de Sevilla.

No habrá ceses

A pesar de que esta versión difiere radicalemnete de la que facilitó el Ministerio de Defensa, el Gobierno asegura, en su respuesta al diputado de Izquierda Unida (IU), que no se va a cesar a ningún responsable, "al haberse actuado de acuerdo con las normas y procedimientos establecidos en el sistema de defensa aérea del territorio español".

La versión de Defensa fue cuestionada en su momento por el director del aeropuerto de Córdoba, Jesús Pardo, quien dijo que la torre de control no vió ningún a ningún caza español, ni fue avisada de la llegada del avión marroquí.

Diego Clavero, el piloto que condujo a los miembros de la Casa Real alauí al aeropuerto de Sevilla, desde donde regresaron inmediatemente a su país, declaró que "a ningún piloto militar se le hubiera ocurrido obligar a un birreactor a aterrizar en el aeropuerto de Córdoba, dadas las reducidas dimensiones de la pista". (ver EL PAÍS del 7 de enero).

Ni el Gobierno español ni el marroquí han revelado la identidad de los pasajeros del Gulfstream.

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