Mercado libre

"Las características principales del sistem a de salud norteamericano están basadas en el mercado libre; se trata, por tanto, de un sistema eminentemente privado y con una gestión localizada", dice Milton Roémer, profesor emérito de la universidad Oakland, California. Según este experto, considerado el padre del análisis comparativo de los diferentes sistemas de salud existentes en el mundo, "últimamente se están produciendo en las autoridades gubernativas reacciones ante la fuerte presión del sector privado, y, como consecuencia, estamos asistiencia a algunos cambios tendentes a la univer...

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"Las características principales del sistem a de salud norteamericano están basadas en el mercado libre; se trata, por tanto, de un sistema eminentemente privado y con una gestión localizada", dice Milton Roémer, profesor emérito de la universidad Oakland, California. Según este experto, considerado el padre del análisis comparativo de los diferentes sistemas de salud existentes en el mundo, "últimamente se están produciendo en las autoridades gubernativas reacciones ante la fuerte presión del sector privado, y, como consecuencia, estamos asistiencia a algunos cambios tendentes a la universalización de la asistencla sanitaria con el fin de que las clases más desprotegidas disfruten de una buena sanidad".

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Resulta paradójico que 37 millones de norteamericanos (el 15% de la población total) no estén sanitariamente protegidos ni por el sector público ni por el privado, cuarido se trata del país con el presupuesto para sanidad más alto del mundo, con un gasto de 1 2.000 dólares per cápita.

"A pesar de esto, las deficiencias son aún muy graves., Las clases sociales menos favorecidas se encuentran muy desprotegidas. De este modo, se producen situaciones que podrían evitarse, como el caso de ciertos enfermos que sólo son atentidos a través de urgencias cuando ya se encuentran en un estado grave por no haber sido tratados antes", afirina, este especialista.

Con cierta resignación, Roémer admite que en Estados Unidos no rigen los principios de universalidad, solidaridad y gratuidad que imperan en la mayoría de los países desarrollados, cuyo sistema sanitario es eminentemente público. Pero conria en que poco a poco se vayan adoptando medidas para acabar con las desigualdades que existen en esta materia.

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