Los conductores del Metro tampoco respetarán hoy los servicios mínimos

Los conductores del Metro de Madrid decidieron ayer en asamblea no respetar tampoco hoy los servicios mínimos programados para paliar los efectos de la segunda jornada de paro. Durante cuatro horas, de 6.30 a 8.30 y de 17.00 a 19.00, el transporte subterráneo de Madrid volverá a paralizarse. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) sacará 250 autobuses más a la calle, aunque, según su gerente, Tomás Burgaleta, "será un esfuerzo meramente testimonial, ya que no podemos asumir de golpe una demanda añadida de 700.000 personas".

La asamblea de conductores del Metro, reunida ayer, decidió n...

Los conductores del Metro de Madrid decidieron ayer en asamblea no respetar tampoco hoy los servicios mínimos programados para paliar los efectos de la segunda jornada de paro. Durante cuatro horas, de 6.30 a 8.30 y de 17.00 a 19.00, el transporte subterráneo de Madrid volverá a paralizarse. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) sacará 250 autobuses más a la calle, aunque, según su gerente, Tomás Burgaleta, "será un esfuerzo meramente testimonial, ya que no podemos asumir de golpe una demanda añadida de 700.000 personas".

La asamblea de conductores del Metro, reunida ayer, decidió no respetar los servicios mínimos programados para hoy con motivo de la segunda jornada de paros convocados por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y apoyados también por la Unión Sindical Obrera (USO). El martes pasado, primer día de huelga, el servicio quedó totalmente paralizado durante cuatro horas, lo que ocasionó un colapso generalizado en la ciudad.Esta postura ha ocasionado la apertura de 22 expedientes a jefes de circulación "que se negaron a entregar las cartas de aviso de cumplimiento de servicios mínimos a los conductores", según fuentes sindicales. Los jefes de circulación alegaron que esa misión "no entraba dentro de las funciones que tienen asignadas".

Un portavoz de la empresa de Metro afirmó que no tenía noticia oficial de los expedientes, aunque no descartó que se pudiera iniciar su tramitación.

El Consorcio Regional de Transportes había previsto para hoy unos servicios mínimos del 50% para la primera media hora de paro y de entre el 70% y el 80% para el resto. Los trabajadores consideran abusivos estos servicios y se han manifestado en contra de su cumplimiento.

Los paros, que también están convocados para los días 12, 13, 14, 15 y 16 de marzo, se realizan en reivindicación de un aumento salarial de 200.000 pesetas al año sobre su sueldo bruto de 1.650.000 pesetas anuales. Según fuentes sindicales, trabajadores de otras categorías podrían sumarse a la huelga de los conductores, que ayer se reunieron en asamblea.

Trabajo voluntario

La EMT reforzará el servicio durante las horas del paro con los 250 autobuses que generalmente están en reserva. Este número, sin embargo, depende del estado de los vehículos -muchos se encuentran en reparación- y de que los conductores que tienen día libre quieran "voluntariamente" trabajar, según informó ayer un portavoz de la empresa.

Tomás Burgaleta, gerente de la EMT, afirma que el esfuerzo será "testimonial" porque "es imposible acoger una demanda de 700.000 usuarios. [Se estima que la huelga del martes afectó a 500.000 viajeros]. El refuerzo se realizará en un 40% de las líneas que son aquéllas que coinciden con la red del Metro. Burgaleta considera que, dado el aluvión de vehículos privados que hoy pueden recibir las calles de la ciudad, "será imposible que los autobuses puedan respetar los horarios y frecuencias".

La comisión de conductores no ha mantenido todavía ningún contacto con los directivos de la empresa Metro. El comité de empresa es pesimista respecto a las negociaciones del convenio colectivo y asegura que la postura de la compañía es muy dura y de "una cerrazón absoluta y total". El comité tienen convocadas dos jornadas de huelga total para los días 13 y 15 de marzo al margen de las movilizaciones programadas por los conductores. El mismo 15 de marzo se ha anunciado huelga en la EMT.

Según la compañía, la negociación del convenio no se puede reducir a la discusión de un aumento salarial -los trabajadores piden un 9% y la empresa ofrece un 6% para este año y un punto por encima del IPC para 1991-. Según estas fuentes, también se están negociando los fondos de pensiones y los ahorros por productividad.