Entrevista:LA NUEVA EUROPA

La 'perestroika' , una necesidad imperiosa

P. En el Báltico cualquier compromiso parece ya casi imposible. Pero usted, mientras rechaza legítimamente los cálculos de la realpolitik, no puede dejar de ver el drama político de Gorbachov, un hombre que con la perestroika ha devuelto la política y la palabra al Báltico, y ahora, desde esa misma política y desde esas palabras, se le pone en crisis. ¿Lo piensa alguna vez?R. Sí. Y he llegado a la conclusión de que no es el drama de Gorbachov, es el drama de la perestroika, el destino grande y terrible de la reforma en un país como la URSS, con su cultura y su histo...

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P. En el Báltico cualquier compromiso parece ya casi imposible. Pero usted, mientras rechaza legítimamente los cálculos de la realpolitik, no puede dejar de ver el drama político de Gorbachov, un hombre que con la perestroika ha devuelto la política y la palabra al Báltico, y ahora, desde esa misma política y desde esas palabras, se le pone en crisis. ¿Lo piensa alguna vez?R. Sí. Y he llegado a la conclusión de que no es el drama de Gorbachov, es el drama de la perestroika, el destino grande y terrible de la reforma en un país como la URSS, con su cultura y su historia. La perestroika no empezó en la URSS porque estuviera un tal Gorbachov (que también ha sido el hombre adecuado en el momento adecuado, y ha jugado y juega un gran papel), sino por una necesidad imperiosa. Y nosotros llevamos a cabo la perestroika, la llevamos hasta el fondo: además de los derechos del hombre, hasta los derechos de los pueblos, además de la separación entre partido y Estado, hasta la crisis de la vieja forma imperial de Estado.

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P. ¿Y si Gorbachov tuviera que caer?

R. Entonces llegaríamos a la catástrofe, con muchas revoluciones nacionales sangrientas. El riesgo de una caída de Gorbachov existe. Pero la única forma de ayudarle es mostrarle cómo se puede hacer una revolución sin sangre.

P. ¿Usted verá la independencia de Lituania?

R. Yo tengo 57 años, mi padre tiene 97 e hizo la guerra de independencia. La otra tarde en la plaza, durante la manifestación, lloraba. Yo, me dijo, no veré la Lituania libre, vosotros sí. Pero lo que he visto hoy me basta, nunca lo habría imaginado.

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