Tribuna:

Dos años de duchas de agua fría

El proceso de sustitución del gas ciudad o manufacturado por gas natural está chocando con los usuarios por la campaña de onerosas inspecciones previas -que según Gas Madrid no tienen relación con el cambio del combustible-, a las que los consumidores no estaban acostumbrados.

La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAV) denunció hace un año, que, a pesar de que Gas Madrid tiene la obligación de revisar anualmente el 25% de la red, "nunca antes había hecho revisiones". El Instituto Nacional de Consumo (INC), en junio pasado, y el Defensor del Pueblo, ahora, respaldan est...

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El proceso de sustitución del gas ciudad o manufacturado por gas natural está chocando con los usuarios por la campaña de onerosas inspecciones previas -que según Gas Madrid no tienen relación con el cambio del combustible-, a las que los consumidores no estaban acostumbrados.

La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAV) denunció hace un año, que, a pesar de que Gas Madrid tiene la obligación de revisar anualmente el 25% de la red, "nunca antes había hecho revisiones". El Instituto Nacional de Consumo (INC), en junio pasado, y el Defensor del Pueblo, ahora, respaldan esta opinión.

Las inspecciones masivas y la reconversión del gas suministrado comenzaron hace dos años. En octubre de 1987 cerca irle 1.000 personas de Tres Cantos se quedaron sin agua caliente ni calefacción durante tres semanas. Se trataba de la primera experiencia piloto y, según adujo la empresa entonces, se habían sufrido retrasos por la falta de coordinación en los trabajos le adaptación de la red.

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Desde entonces no han faltado las anécdotas. Los cortes Je suministro realizados por Gas Madrid tras detectar fugas obligaron a comer de latas durante tres meses a vecinos de la calle Claudio Coello o a ducharse con agua fría, en pleno mes de diciembre, a muchos usuarios de San Fernando de Henares.

El pasado mes de marzo un juzgado rnadrileño condenó a Gas Madrid a pagar 7.000 pesetas de multa a una abonada a al que se le cortó el suministro sin previo aviso. La tensión llegó a su límite cuando un grupo de vecinos retuvo durante todo un día a uno de los inspectores.

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En junio de 1988 la FRAV empezó a sospechar que no era normal que se detectaran hasta un 40% de fugas en barrios como Manoteras y Hortaleza. Tras las revisiones "se escondía la intención de modernizar la red de distribución a costa de los abonados". Entonces dio su respuesta: "No abrir la puerta a los inspectores de Gas Madrid".

La compañía ha realizado 119.000 inspecciones en lo que va de año, con 12.000 cortes de suministro. El plan de cambio de gas afecta a 452.000 familias madrileñas y no terminará hasta el año 2000.

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