Entrevista:ELECCIONES AL PARLAMENTO GALLEGO

González Laxe: "Soy el único que puede aumentar el poder de Galicia"

Fraga representa una generación "pasada de rosca", según el candidato socialista

Fernando González Laxe, de 36 años, presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la reelección en las listas del PSOE, cree haber acreditado en dos años de gobierno que tiene el aval para que lleguen inversiones. Orgulloso de que los socialistas hayan multiplicado las inauguraciones de obras, que contrasta con el comportamiento Me la derecha, que lo que hacía era ir a la fiesta del pimiento, de la remolacha o de lo que fuera", se indigna ante las insinuaciones de que el PSOE pretende aprovechar la cultura caciquil que estimula "votar al poder".

Según su propia expresión, él represent...

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Fernando González Laxe, de 36 años, presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la reelección en las listas del PSOE, cree haber acreditado en dos años de gobierno que tiene el aval para que lleguen inversiones. Orgulloso de que los socialistas hayan multiplicado las inauguraciones de obras, que contrasta con el comportamiento Me la derecha, que lo que hacía era ir a la fiesta del pimiento, de la remolacha o de lo que fuera", se indigna ante las insinuaciones de que el PSOE pretende aprovechar la cultura caciquil que estimula "votar al poder".

Según su propia expresión, él representa en la campaña electoral que hoy ha comenzado la juventud y la Galicia "de los noventa", mientras Fraga simboliza la "de los años sesenta" y una generación "pasada de rosca".Pregunta. Cuando usted llegó a la Xunta dijo que quería abrir nuevos caminos, introducir innovaciones y modernizar Galicia. ¿Qué resultados concretos ha conseguido en estos dos años en relación con estos propósitos?

Respuesta. Primero, el respeto y la credibilidad de las instituciones autonómicas para llevar a cabo ese proceso, y en segundo lugar, recuperar la ilusión de un pueblo en un horizonte definido. Ahora, cada día se crean 70 nuevos puestos escolares, y ya se han creado 50.000; cada día se sanean 1.000 vacas, y en estos dos años han pasado por los servicios sanitarios más de un millón; cada día el paro disminuye en 33 personas y aumentan en cerca de 200 los puestos de trabajo; cada día se están firmando tres convenios con pequeñas y medianas; empresas. Por tanto, el proceso de modernización se ha puesto en marcha.

P. Pero multiplicar las inauguraciones oficiales con presencia de cargos socialistas, incluso en obras aprobadas por el anterior Gobierno, ¿no es incurrir en el folclorismo y clientelismo que ustedes habían reprochado a la derecha?

R. Todas las obras que hemos inaugurado fueron pagadas en nuestro mandato. Una cosa es que un Gobierno anterior haya dicho que iba a hacer tal obra y otra es que la ejecución material y el pago se han efectuado bajo mi presidencia. Pero, además, si se han inaugurado cosas es porque se han hecho. Antes, aquí, la derecha iba a las fiestas del pimiento, de la remolacha o de lo que fuera, pero nunca a inaugurar cosas, porque no había hecho nada. Había hecho muy poco. Como colofón diré que un Gobierno, desde que toma posesión, está siempre en precampaña. Yo dije desde el principio que iba a poner Galicia en estado de obras.

Caciquismo

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P. ¿Utilizar como lema electoral Galicia con poder no es recurrir a resortes empleados por el caciquismo, como es esgrimir que la confianza la merecen quienes tienen poder?

R. No hay que interpretarlo así. Galicia con poder quiere decir que para que Galicia asuma el reto del año 1993 y lo gane, para ganar el proceso de modernización, necesita un fuerte poder. Y ese poder lo tenemos nosotros. El único aval somos los socialistas. Y, además, ese poder se puede coordinar y puede cooperar con el Gobierno central y la Comunidad Europea.

P. Visto desde otro lado, ¿quiere eso decir que los gallegos corren el riesgo de ser penalizados, de no recibir inversiones a las que el Gobierno central está dispuesto, si pierden las elecciones los socialistas?

R. No; supongo que no los va a penalizar ni el Gobierno central ni el comunitario, pero el único que tiene el aval para llevar a cabo esas cosas soy yo. El único. Los demás no pueden prometer las autopistas. Yo sí, y lo puedo cumplir. Los demás no pueden tener acceso a los fondos de desarrollo regional de la CE. Yo sí. Yo tengo ese aval. Soy el único que lo tiene. Nadie más lo tiene.

P. ¿Qué resultados concretos acreditan que usted dispone de ese aval para conseguir ayudas al desarrollo de Galicia?

R. En el Plan de Desarrollo Regional que rige de aquí a 1993 vienen 110.000 millones de pesetas procedentes de la Comunidad Europea para la autopista de El Ferrol a la frontera con Portugal, para las autovías La Coruña-Lugo-Benavente y Vigo-Orense-Benavente y para el saneamiento integral de las cinco rías gallegas.

Ciento diez municipios están acogidos a la ayuda comunitaria, a través del FEOGA [Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola], para agricultura de montaña. Y se van a destinar más de 6.000 millones de pesetas en un programa conjunto de la CE, el Gobierno central y la comunidad autónoma para hacer dos puentes con Portugal, que estarán disponibles en 18 meses porque ya han sido adjudicadas las obras. Eso no lo hizo la derecha. No buscó esa financiación.

P. Los sondeos indican que para ustedes ha sido beneficioso el maridaje con José Luis Barreiro. ¿No le preocupa que los socialistas gallegos puedan simbolizar el avance en el PSOE de una cultura que admite como legítimo lo que, aun siendo indigno, se supone que proporciona rentabilidad política?

R. No. Creo que lo que hemos hecho, y que estaba justificado, era tomar una iniciativa para romper el inmovilismo en que se hallaba Galicia.

P. Si Fraga no gana las elecciones por mayoría absoluta, ¿cree que se debería jubilar?

R. La gran duda del ciudadano gallego es: cuando pierda Fraga el día 17, ¿cuánto tiempo va a durar en el banco de la oposición? ¿Se va a ir, va a llorar?

P. Ustedes están recordando el pasado franquista de Fraga y parece que ése va a ser uno de los ejes de su campaña electoral. Partiendo de un hecho cierto, ¿no cree que ese planteamiento puede derivar la campaña hacia polémicas distantes de los problemas concretos de los gallegos?

R. No creo que sea así. El tema ha salido con motivo de la muerte de Arias Navarro, del cual Fraga dijo que era un gran político. Y yo, como demócrata, progresista y gente de izquierdas, eso no lo admito. Aquí hay varios debates en los que se va a centrar la campaña. Yo quiero construir la Galicia de los años noventa, moderna, donde haya bienestar, justicia y equilibrio territorial. Y Fraga quiere construir una Galicia de los años sesenta, porque ha cogido a toda la gente anterior, con los comportamientos y actitudes anteriores. También va a haber otro dualismo: una generación de jóvenes, que ambiciona ganar el reto del año 93, y otra generación ya pasada de rosca.

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