LA BATALLA DEL DIPUTADO 176º

La pérdida de la mayoría absoluta impide al PSOE bloquear las iniciativas de la oposición

La pérdida de la mayoría absoluta por el PSOE permite un margen mayor de iniciativa a otros partidos. No se trata de que la oposición pueda sacar adelante sus propuestas, porque es verdaderamente difícil un acuerdo desde el Partido Popular hasta Herri Batasuna. La diferencia consiste en que el PSOE ya no podrá bloquear la admisión a trámite de asuntos que la oposición desee introducir en el Congreso, ni tampoco impedir las comisiones parlamentarias de investigación. A corto plazo, la pérdida de la mayoría absoluta afecta a la elección de los presidentes del Congreso y del Gobierno.

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La pérdida de la mayoría absoluta por el PSOE permite un margen mayor de iniciativa a otros partidos. No se trata de que la oposición pueda sacar adelante sus propuestas, porque es verdaderamente difícil un acuerdo desde el Partido Popular hasta Herri Batasuna. La diferencia consiste en que el PSOE ya no podrá bloquear la admisión a trámite de asuntos que la oposición desee introducir en el Congreso, ni tampoco impedir las comisiones parlamentarias de investigación. A corto plazo, la pérdida de la mayoría absoluta afecta a la elección de los presidentes del Congreso y del Gobierno.

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Tanto Félix Pons, probable candidato al primero de dichos cargos, como Felipe González para el segundo, necesitan mayoría absoluta para ser elegidos en primera votación. Esa mayoría era de 173 diputados en la legislatura anterior, debido a la ausencia de los parlamentarios de Herri Batasuna; pero la decisión tomada por estos últimos para incorporarse al Congreso eleva el listón de la mayoría absoluta a 176 escaños.Basta el apoyo de alguna minoría para que los candidatos socialistas a los dos puestos salgan adelante a la primera oportunidad. Si no lo consiguen, ambos tienen derecho a una segunda vuelta, en la que es suficiente la mayoría simple.

A medio o largo plazo, la pérdida de la mayoría absoluta puede afectar al presidente del Gobierno, pero sólo en circunstancias excepcionales: le expone a una exigencia de responsabilidad política (moción de censura), mecanismo ya ensayado en anteriores legislaturas; pero también a las iniciativas de la oposición para pedir su responsabilidad criminal ante la Justicia, procedimiento este último todavía inédito. La mayoría absoluta del Congreso tiene el derecho de vetar el enjuiciamiento del Gobierno o de cualquiera de sus miembros, en ciertos casos.

En la práctica, las principales consecuencias de la pérdida de la mayoría absoluta se refieren al funcionamiento cotidiano: el PSOE no puede reservarse el derecho de fijar el orden del día de las sesiones del Congreso, o bloquear iniciativas (le la oposición, que, como en el caso de las llamadas comisiones de investigación parlamentaria, fueron piedra de escándalo durante la legislatura anterior.

Las investigaciones parlamentarias están reconocidas expresamente en el artículo 76 de la Constitución, como uno de los derechos de las Cámaras, y en virtud de los mismos, cualquier persona puede ser llamada a declarar. La decisión para iniciar una investigación corresponde al pleno, lo cual otorga un peso decisivo a quien dispone de la mitad más uno de los diputados, bien para impulsar una inicitiva de este carácter, bien para bloquearla.

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Cierto número de asuntos legislativos pendientes necesitan también el listón de la mayoría absoluta: es el caso de las limitaciones al uso de la informática, la regulación del secreto profesional y el establecimiento de la claúsula de conciencia de los periodistas, temas aplazados en legislaturas anteriores.También es necesario el voto de 176 diputados para realizar la reforma de los estatutos de autonomía o bloquear las propuestas de este género con las que el PSOE esté en desaacuerdo. La reforma de dichos estatutos fue precisamente uno de los caballos de batalla del nuevo jefe de la oposición conservadora en el Congreso, José María Aznar, en su anterior fase de responsable autonómico del Partido Popular y presidente de Castilla y León.

Otras muchas leyes de gran importancia no tienen el carácter de orgánicas, y por tanto no necesitan mayoría absoluta para su aprobación. Es el caso de los Presupuestos del Estado y de otros proyectos preparados por el Ejecutivo durante la legislatura anterior -y caducados con la disolución anticipada de las Cortes-, como las leyes del suelo o del deporte y la reforma del sistema educativo. No van a existir, por tanto, grandes obstáculos formales a la acción legislativa del Gobierno socialista, por el hecho de que el resultado definitivo de los comicios arroje la cifra de 175 escaños para el PSOE.

La mayoría absoluta afecta ligeramente a las delegaciones del Congreso en determinados organismos internacionales, como las Asambleas parlamentarias del Consejo de Europa y del Atlántico Norte. También puede afectar a la composición de las comisiones del Congreso.

Disciplina férrea

En términos políticos, o de gobernabilidad, las consecuencias reales dependen de que las distintas minorías de la oposición sostengan una táctica común en la discusión sobre las reglas del juego político y parlamentario. La situación creada tiende a acentuar las tendencias autoritarias en el grupo parlamentario de la mayoría, puesto que una disciplina aún más férrea es el probable método de defensa frente a una eventual acción conjunta de las minorías.Todo ello ayuda a comprender las medidas tomadas por la dirección del PSOE a la hora de decidir las candidaturas a estas elecciones, en las que no fue admitido disidente alguno. Tres o cuatro parlamentarios críticos, o unos cuantos casos de transfuguismo, pondrían ahora en peligro la estabilidad del Grupo Parlamentario Socialista. En la legislatura pasada ya hubo casos de diputados que abandonaron: algunos pusieron el escaño a disposición del PSOE, como Nicolás Redondo, y fueron sustituidos sin merma de la composición total del grupo. Pero otros se marcharon al grupo Mixto y provocaron una reducción del Grupo Socialista.

La pelea por el escaño murciano en disputa también resulta significativa para la posición parlamentaria de Izquierda Unida. Se convierte en la tercera fuerza de la Cámara, y eso le permite optar a un puesto en el Consejo de Administración de RTVE, en detrimento del PSOE, y ser tenida en cuenta a la hora de renovar el Consejo del Poder Judicial, en 1990.

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