Teatro y casa de juegos
He leído con interés el artículo de Anthony Burgess titulado Mi visión de Londres, publicado el pasado 22 de octubre, respecto al cual quisiera modestamente hacer alguna puntualización sobre su traducción.Vaya por delante que no me considero experto traductor ni pretendo enmendarles la plana a Carmen Viamonte y María Coneiro, sus traductoras.
Burgess se refiere en su repaso a la historia londinense al teatro de Shakespeare, y concretamente a su localización en la zona de Southwark. También al reciente descubrimiento de The Rose. En ambos casos se ha traducido la voz inglesa...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
He leído con interés el artículo de Anthony Burgess titulado Mi visión de Londres, publicado el pasado 22 de octubre, respecto al cual quisiera modestamente hacer alguna puntualización sobre su traducción.Vaya por delante que no me considero experto traductor ni pretendo enmendarles la plana a Carmen Viamonte y María Coneiro, sus traductoras.
Burgess se refiere en su repaso a la historia londinense al teatro de Shakespeare, y concretamente a su localización en la zona de Southwark. También al reciente descubrimiento de The Rose. En ambos casos se ha traducido la voz inglesa playhouse como casa de juego, cuando a lo que el autor se refiere es simple y llanamente a un teatro, al lugar donde se representan las obras.
De este modo me imagino que los lectores que disfruten de la prosa de Burgess y que no estén precisamente versados en el tema habrán entendido que The Globe, The Swan y The Rose eran tabernas, pubs o cualquier otro establecimiento de menos honroso nombre, en vez de lo que fueron: teatros ingleses de época isabelina.
Para las traductoras vaya en su descarga que me parece muy bien glosada la anécdota entre Burgess y el vendedor de periódicos cockney.
Para terminar quiero animarles a seguir publicando sus habituales artículos de ese clásico contemporáneo que es Burgess.-