La familia Berrocal entrega un rescate de 500 millones de pesetas para la liberación del empresario

La familia del empresario español Pablo Martín Berrocal, secuestrado en Quito (Ecuador) el pasado 9 de agosto, ha hecho llegar a sus supuestos captores un rescate cifrado en torno a los 500 millones de pesetas, según fuentes de la Seguridad del Estado español. Dichas fuentes han añadido que la familia Berrocal atraviesa momentos de incertidumbre, ya que pagó ese rescate hace unas tres semanas, sin que el industrial haya sido liberado todavía.

Fuentes de la Seguridad del Estado español han confirmado que la familia Martín Berrocal mantuvo en septiembre pasado un contacto en Colombia con ...

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La familia del empresario español Pablo Martín Berrocal, secuestrado en Quito (Ecuador) el pasado 9 de agosto, ha hecho llegar a sus supuestos captores un rescate cifrado en torno a los 500 millones de pesetas, según fuentes de la Seguridad del Estado español. Dichas fuentes han añadido que la familia Berrocal atraviesa momentos de incertidumbre, ya que pagó ese rescate hace unas tres semanas, sin que el industrial haya sido liberado todavía.

Fuentes de la Seguridad del Estado español han confirmado que la familia Martín Berrocal mantuvo en septiembre pasado un contacto en Colombia con el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) que al parecer, solicitó un rescate cifrado en torno a los 1.200 millones de pesetas.Paralelamente, según las mismas fuentes, la familia solicitó al grupo secuestrador una prueba de que el empresario español se encontraba con vida. El ELN transmitió la prueba solicitada, pero desde esas fechas no ha vuelto a tenerse ninguna noticia sobre el estado del industrial.

Intermediarios de la familia han hecho llegar recientemente un rescate que las fuentes mencionadas cifran en 500 millones de pesetas, lo que habría supuesto una sensible reducción respecto a los 1.200 millones requeridos inicialmente. Ello también viene a demostrar que ha existido una negociación además del primer contacto establecido en Colombia..

Actualmente la familia atraviesa una situación de angustia e incertidumbre mientras esperan una próxima liberación del empresario. Las fuentes españolas consultadas no descartan que la familia haya negociado un segundo pago, que sería hecho llegar al ELN una vez que el empresario fuese liberado.

La Seguridad del Estado investiga de forma reservada el caso y ha destinado a vanos especialistas que sólo informan a los altos mandos del Ministerio del Interior. El asunto pretende canalizarse de la forma más secreta posible para evitar filtraciones que pudieran poner en peligro la vida del empresario español.

El servicio pretende ser tan reservado que los agentes de la Brigada de Policía Judicial, que deberían dirigir esas investigaciones, fueron apartados desde un principio del caso y les fue encomendado a especialistas que están a las órdenes directas del secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera.

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Las comunicaciones o informaciones sobre este asunto se transmiten personalmente a mandos de la Seguridad del Estado y no se han utilizado en ningún momento mensajes a través de la red de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), el canal habitual para estos casos.

Sin noticias de la familia

Socios de Pablo Martín Berrocal en Quito afirmaron desconocer cualquier noticia relacionada con, el caso y confiaron en una pronta liberación del empresario. En el hotel Quito, residencia de la familia Berrocal se informó que la esposa del industrial, Blanca Paradela, se encontraba en España, mientras en Madrid se decía que continuaba en Ecuador.

Las fuentes consultadas no descartaban que Blanca Paradela estuviese en algún lugar de Colombia a la espera de una próxima liberación de su marido. El yerno del secuestrado, Ignacio Herrero, considerado el intermediario con el grupo secuestrador, tampoco estaba localizable en Ecuador ni en Madrid. Tras reiteradas llamadas al domicilio de la hija del empresario, el viernes se informó a este periódico que Blanca Martín se encontraba en Madrid mientras ayer, sábado, se decía que estaba en Ecuador. Los repetidos requerimientos a la familia Berrocal, tanto en Madrid como en Quito, no fueron contestados.

El portavoz de la familia en Quito y socio de Berrocal en sus negocios en Ecuador, José Luis Bruzzone, se encontraba desde el miércoles ilocalizable en sus oficinas, donde se informó que desconocían su paradero.

Las fuentes consultadas por este periódico no descartan que la familia esté esperando una inminente liberación, aunque también empieza a cundir cierta alarma.

Dichas fuentes confían que los intermediarios de la familia hayan entregado el rescate a miembros del grupo secuestrador y no a algún grupo de delincuentes que se haya aprovechado de la situación.

Pablo Martín Berrocal fue secuestrado el pasado mes de agosto en Ecuador junto al hotel Quito, residencia habitual del empresario español durante sus estancias en la capital ecuatoriana.

Durante las tres primeras semanas del secuestro ningún grupo reivindicó la desaparición del empresario lo que provocó un absoluto despiste de la policía ecuatoriana que contó con el apoyo de dos agentes españoles enviados al país suramericano.

A finales del mes de agosto, supuestos representantes del grupo guerrillero ecuatoriano Montoneras-Patria Libre reivindicaron el secuestro mediante dos comunicados enviados a medios de comunicación. Esta reivindicación no fue considerada muy fiable y pocos días después un dirigente de ese grupo, preso en Ecuador, desmentía la autoría del mencionado secuestro.

Tiempo después este periódico informó que los guerrilleros colombianos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) habían llevado a cabo la acción y solicitaban un rescate de: 1.200 millones de pesetas.

El ELN trató de mantener en secreto su autoría y solicitó a la familia Martín Berrocal la máxima discreción para iniciar un proceso de negociaciones que condujeran a su liberación.

Las precauciones tomadas por el Ejército de Liberación Nacional pretendían que no se destapara su autoría y evitar cualquier acoso policial. Este grupo guerrillero que no ha aceptado negociar con el Gobierno de Virgilio Barco se venía financiando del impuesto que cobraba a las compañías petrolíferas norteamericanas que operan en Colombia.

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