Dos opositores recurren al tribunal en el que participaron cien científicos extranjeros

Varios participantes en la oposición convocada por 10 universidades españolas para cubrir plazas docentes en el área de inmunología han mostrado a EL PAÍS su disconformidad con la valoración de méritos efectuada por el tribunal, en el que por primera vez evaluaron científicos extranjeros.

Aunque de momento la Sociedad Española de Inmunología no piensa pronunciarse al respecto, al menos dos opositores recurrirán esta semana el concurso que desarrollaba por primera vez el decreto para el acceso a vacantes universitarias en el supuesto de que no existan especialistas docentes en la materia...

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Varios participantes en la oposición convocada por 10 universidades españolas para cubrir plazas docentes en el área de inmunología han mostrado a EL PAÍS su disconformidad con la valoración de méritos efectuada por el tribunal, en el que por primera vez evaluaron científicos extranjeros.

Aunque de momento la Sociedad Española de Inmunología no piensa pronunciarse al respecto, al menos dos opositores recurrirán esta semana el concurso que desarrollaba por primera vez el decreto para el acceso a vacantes universitarias en el supuesto de que no existan especialistas docentes en la materia objeto de la oposición, como es el caso del área de inmunología.La ausencia de funcionarios docentes permitió convocar a personas de conocida relevancia científica en campos afines a esta especialidad, entre ellos Antonio Countinho, y Roberto Poljack, del Instituto Pasteur, y Osías Stutman, jefe del departamento de Inmunología del Sloanketlering Institute de Nueva York.

Sin embargo, la inmunóloga Carmen Gutiérrez va a presentar recurso ante la decisión del tribunal opositor disconforme con los criterios de selección y el resultado de "vacantes sin sentido". Entiende que la presencia de expertos extranjeros no ha servido para corregir la endogamia como se pretendía. Manuel Fresno, investigador del Centro de Biología Molecular, acusa al tribunal de subjetividad, por "primar" aquellos expedientes más cercanos a las líneas de trabajo de sus componentes. Luis Enjuanes, otro científico que ha seguido el desarrollo del concurso, muestra su preocupación por la preferencia de algunos temas en menoscabo de otros, y "por la estadística fría en el reparto de plazas", a la vista de los resultados.

La mitad de sus méritos

El tribunal decidió otorgar sólo tres de las cinco plazas de catedráticos. Dos de ellas fueron a parar a especialistas en la línea actual de investigación de los dos miembros españoles del tribunal, el presidente, Carlos Martínez Alonso, y el secretario, José Antonio López de Castro. Igualmente quedó vacante una de las seis plazas de profesor titular, mientras que el resto se repartía entre becarios de los dos científicos aludidos.Para Carlos Martínez Alonso la calidad científica de los nuevos docentes es indiscutible, y en concreto defiende la de uno de sus becarios. "Si cualquier concursante es capaz de demostrar sólo la mitad de sus méritos, yo dejaría mi plaza y él la suya", asegura. El presidente del tribunal justifica las vacantes por la ausencia de candidatos con el nivel exigido. Dado que estos puestos son de carácter vitalicio entiende que es mejor cubrirlos cuando las contribuciones de los candidatos sean reconocidas.

Desde su punto de vista el malestar responde a la "pataleta del rechazo". "Con una producción mediocre no se puede ser competitivo", añade el presidente del tribunal, que lamenta la falta de "autocrítica" en la comunidad científica, así como la incapacidad para reconocer "los pasos adelante que algunas instituciones dan", refiriéndose a la presencia de extranjeros en los tribunales españoles.

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