Cambios difíciles en Argelia

Parecía que el 10 de septiembre Argelia iba a vivir grandes acontecimientos. Pero finalmente Merbah anunció su renuncia a seguir al frente del Gobierno.Como sucesor de este oficial de la vieja guardia ha sido designado Hanruche, un hombre nuevo que ha disfrutado de la confianza de Chadli Benyedid desde su puesto en la secretaría general de la presidencia. Se le han encargado nuevas reformas, tendentes sobre todo a la promoción del empleo entre los jóvenes.

Los argelinos no se contentan sólo con promesas de liberalización política: quieren cambios en su vida diaria. A lo largo del verano...

Parecía que el 10 de septiembre Argelia iba a vivir grandes acontecimientos. Pero finalmente Merbah anunció su renuncia a seguir al frente del Gobierno.Como sucesor de este oficial de la vieja guardia ha sido designado Hanruche, un hombre nuevo que ha disfrutado de la confianza de Chadli Benyedid desde su puesto en la secretaría general de la presidencia. Se le han encargado nuevas reformas, tendentes sobre todo a la promoción del empleo entre los jóvenes.

Los argelinos no se contentan sólo con promesas de liberalización política: quieren cambios en su vida diaria. A lo largo del verano han venido desarrollándose manifestaciones contra la carestía de la vida y la crisis de la vivienda.

El descontento aparece por todas partes, y, salvo crisis mayores, las elecciones municipales de diciembre deberían ser una prueba difícil para el partido único.

Mientras la oposición se impacienta, en un país al que el período de colonización francés ha dejado el gusto por las ideas y los debates, la Asamblea Nacional, elegida sin oposición, es la llamada a discutir las grandes reformas que el presidente Chadli Benyedid ha demandado a su Gobierno.

Esta situación es cuando menos tan paradójica como lo fue en su día la elección de Merbah, decisión tomada para tranquilizar a los inmovilistas del régimen.

12 de septiembre