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"A mí me parece más fácil acabar con el problema de las drogas que solucionar el agujero de ozono que amenaza con matarnos a todos", asegura el filósofo Fernando Savater. Para Savater, hasta que EE UU, adalid del prohibicionismo, no se plantee la despenalización de los estupefacientes, nada se podrá hacer. "Lo han impuesto y lo han exportado".Savater compartió tribuna en el documento publicado a finales de julio por la revista italiana L'Espresso con el editor Franco Maria Ricci, el escritor Alberto Moravia, el bailarín Lindsay Kemp o el Nobel de Economía Milton Friedman, y así hasta 10...

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"A mí me parece más fácil acabar con el problema de las drogas que solucionar el agujero de ozono que amenaza con matarnos a todos", asegura el filósofo Fernando Savater. Para Savater, hasta que EE UU, adalid del prohibicionismo, no se plantee la despenalización de los estupefacientes, nada se podrá hacer. "Lo han impuesto y lo han exportado".Savater compartió tribuna en el documento publicado a finales de julio por la revista italiana L'Espresso con el editor Franco Maria Ricci, el escritor Alberto Moravia, el bailarín Lindsay Kemp o el Nobel de Economía Milton Friedman, y así hasta 100 personalidades, en su mayoría italianas, que aportaban su razón personal para defender la liberalización del consumo y el tráfico de estupefacientes.

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"Es una cuestión de ética práctica notable", añade el filósofo, "y no entiendo que nadie se pronuncie en un cuestión práctica, habiendo tantas personas que se dedican a la ética". Savater, un histórico del antiprohibicionismo, mentaba la liberalización hace años, "y era como hablar de la despenalización del canibalismo".

"De la droga vive mucha gente", recuerda Savater ácidamente, "y también los que la persiguen, ya que si no van tras el narcotráfico tendrían que dedicarse a cosas serias".

Un referéndum

"A los rehabilitadores les da miedo perder clientela", opina Antonio Escohotado, autor de la Historia de las drogas, cuyo tercer volumen acaba de ser publicado, quien propugna que "tras 70 años de prohibicionismo y de demagogia simplista y basada en mitos" deben defenderse soluciones realistas, sin radicalismos. El estudio del problema de las toxicomanías "tendría que apoyarse en un grupo de profesionales competentes, con el compromiso del Ejecutivo de respetar sus decisiones. Se debe devolver el control de los estupefacientes a científicos y médicos, como reconoce el derecho internacional, que también contempla el alto valor de las campañas de información a la población". Según Escohotado, a la gente se le debe instruir sobre "el margen terapéutico de las drogas, los efectos, tipos de intoxicaciones más frecuentes y formas de combatirlas".

"El camino es el referéndum", dice, "y sea cual sea el resultado, se hará oír la tendencia antiprohibicionista". Este experto pide un auténtico debate en los medios de comunicación y estima que habría entre un 20% y un 30% de españoles partidarios de la despenalización de las drogas, "y probablemente más". "Esto supone un minoría mayor que el apoyo conseguido por el partido que queda en segundo lugar en las elecciones generales en España, y aún más teniendo en cuenta los índices de abstención", apostilla.

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