PARÍS, FIESTA Y "CUMBRE"

Silbidos para Thatcher, apalausos para Aquino y Bhutro

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, fue silbada por el público que presenciaba, en la explanada del Trocadero, la llegada de los 33 jefes de Estado o de Gobierno que asistieron ayer a mediodía a la primera celebración oficial del Bicentenario de la Revolución Francesa. Los mayores aplausos, por el contrario, fueron para otras dos mujeres: la presidenta de Filipinas, Cory Aquino, y la primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto.En presencia del presidente de la República francesa, François Mitterrand, los 33 dirigentes -35 si se incluye al secretario general de la ONU, Javier Pér...

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La primera ministra británica, Margaret Thatcher, fue silbada por el público que presenciaba, en la explanada del Trocadero, la llegada de los 33 jefes de Estado o de Gobierno que asistieron ayer a mediodía a la primera celebración oficial del Bicentenario de la Revolución Francesa. Los mayores aplausos, por el contrario, fueron para otras dos mujeres: la presidenta de Filipinas, Cory Aquino, y la primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto.En presencia del presidente de la República francesa, François Mitterrand, los 33 dirigentes -35 si se incluye al secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, y al presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors- y sus esposas conmemoraron durante media hora la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Los jefes de Estado o de Gobierno (14 de África, 5 de Asia, 8 de Europa y 6 de América) posaron en primer lugar para la tradicional foto de familia, y a continuación escucharon el preámbulo de la declaración mientras cantaban los coros de la región de Ile-de-France. Diversos actores, entre ellos Jane Birkin, leyeron después los 17 artículos de la declaración y textos de personajes de la Revolución, como Condorcet o Mirabeau.

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El abucheo a Thatcher estuvo probablemente motivado por unas declaraciones publicadas la víspera por el diario Le Monde en las que la primera ministra británica decía: "Los derechos humanos no han comenzado con la Revolución Francesa". "Se remontan", añadía, "a la tradición judeo-cristiana". Thatcher citaba también entre los precedentes "nuestra revolución tranquila de 1688". Y en una clarísima referencia a los fastos de estos días, agregaba: "Nosotros, por otra parte, celebramos, pero discretamente, este acontecimiento el año pasado". George Bush, que venía de Budapest, fue uno de los últimos jefes de Estado en llegar a la capital francesa.

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