Los marroquíes de Boadilla, duermen en el monte por el temor de nuevas redadas

Varias asociaciones antirracistas y de apoyo al mundo árabe han denunciado la situación en que vive una colonia de marroquíes instalada desde hace años en Boadilla del Monte. Los emigrantes, mano de obra barata para la construcción y las tareas domésticas, trabajan en lo que pueden durante el día y se internan en los montes cercanos para pasar la noche ante el temor de que la policía realice redadas como las efectuadas en este mes en Boadilla y Villalba, que han supuesto la expulsión a Marruecos de 30 de ellos.

El pasado domingo, agentes del Cuerpo Nacional de Policía peinaron...

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Varias asociaciones antirracistas y de apoyo al mundo árabe han denunciado la situación en que vive una colonia de marroquíes instalada desde hace años en Boadilla del Monte. Los emigrantes, mano de obra barata para la construcción y las tareas domésticas, trabajan en lo que pueden durante el día y se internan en los montes cercanos para pasar la noche ante el temor de que la policía realice redadas como las efectuadas en este mes en Boadilla y Villalba, que han supuesto la expulsión a Marruecos de 30 de ellos.

El pasado domingo, agentes del Cuerpo Nacional de Policía peinaron un poblado de chabolas surgido desde hace unos cinco años en las afueras de Boadilla del Monte. Pocos días antes, habían hecho lo propio en Villalba. Dieciséis emigrantes ilegales de Boadilla y 14 de Villalba fueron expulsados de España a Marruecos.Desde el domingo, los marroquíes habitan sus chabolas o realizan sus trabajos durante el día, y se refugian en el monte durante la noche, ante el temor de que se repitan las expulsiones.

Ayer, representantes de la Asociación de Emigrantes Marroquíes en España, del Comité contra el Racismo y del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, denunciaron en una conferencia de prensa la política racista del Gobierno español y el desinterés de los partidos políticos y las centrales sindicales por los derechos de los emigrantes. Según estos grupos de apoyo, tampoco la Embajada del Reino de Marruecos en España se ha preocupado lo más mínimo por las condiciones de vida ni las expulsiones de sus ciudadanos.

Las citadas asociaciones afirman que gran, parte, de estos emigrantes lleva muchos años viviendo y trabajando en España. Desde su llegada, han sido utilizados por constructores sin escrúpulos, cobrando sueldos bajísimos y sin ningún tipo de derechos laborales ni sociales.

Venta ambulante

Los hombres, además de la construcción y la venta ambulante, aceptan cualquier tipo de trabajo eventual, como limpiar jardines o parcelas. Las mujeres suelen trabajar como asistentas domésticas, también por salarios irrisorios y dependiendo exclusivamente de la buena voluntad de sus empleadores."Son la propia burocracia española, y sobre todo el Ministerio del Interior", afirmaron, "los que ponen todo tipo de trabas para no legalizar la situación de los emigrantes. Es también la policía la que marca la pauta en los comportamientos racistas".

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Los portavoces de los grupos de apoyo citados hicieron especial hincapié en el barrio de Lavapiés, donde existe, desperdigada, una colonia numerosa de marroquíes (se calcula que en Madrid hay 15.000 marroquíes en total): "Hemos visto cómo en la plaza de Lavapiés, centro de venta de drogas, los policías demuestran más aplicación en pedir la documentación a los moros que en atajar el narcotráfico. En numerosos bares de Lavapiés no se les permite la entrada, ni se les alquila pisos, a no ser para cobrarles precios abusivos".

Un caso concreto es el de cinco marroquíes que ocupan una sola habitación, sin agua ni lavabo, por la que cada uno paga 18.000 pesetas al mes, 90.000 pesetas en total.

Los representantes de los grupos pidieron la derogación de la ley de Extranjería y su sustitución por una ley de emigración, que fortalezca las buenas relaciones y la amistad entre España y Marruecos.

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