Bush lanza un nuevo plan nacional contra el crimen y la droga

Estados Unidos dedicará más de 1.500 millones de dólares adicionales (unos 185.000 millones de pesetas) para financiar un ambicioso plan nacional de lucha contra la droga y el crimen, que va desde la aplicación de la pena de muerte en la comisión de delitos violentos a la construcción de nuevas cárceles. Sin embargo, el nuevo plan no ataca lo que muchos expertos consideran una de las causas principales del alto índice de criminalidad en este país: la venta y posesión casi indiscriminada de armas de fuego.

A este respecto, se limita a abogar por una prohibición permanente en la importaci...

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Estados Unidos dedicará más de 1.500 millones de dólares adicionales (unos 185.000 millones de pesetas) para financiar un ambicioso plan nacional de lucha contra la droga y el crimen, que va desde la aplicación de la pena de muerte en la comisión de delitos violentos a la construcción de nuevas cárceles. Sin embargo, el nuevo plan no ataca lo que muchos expertos consideran una de las causas principales del alto índice de criminalidad en este país: la venta y posesión casi indiscriminada de armas de fuego.

A este respecto, se limita a abogar por una prohibición permanente en la importación de armas semiautomáticas manteniendo la venta de las nacionales.Los detalles del plan fueron revelados ayer por el presidente, George Bush, durante una ceremonia celebrada bajo una lluvia terrorencial en las escalinatas del Capitolio dedicada a honrar a los 161 policías, entre ellos una mujer, asesinados en Estados Unidos en los últimos 12 meses. Según estadísticas oficiales, un policía muere en este país en cumplimientó de su deber cada 57 horas. La seguridad ciudadana fue una de las constantes en la campaña electoral de Bush, que se comprometió a adoptar, si era elegido, una serie de medidas radicales, encaminadas a combatir el crimen.

Bush, impertérrito ante la lluvia y ante un público compuesto principalmente por representantes de las asociaciones profesionales de policía de todo el país, manifestó que "esta plaga [del crimen] tienen que terminar." Para ello, dijo, es necesario que " retomemos la calle al tiempo que echamos a los criminales de la calle".

El presidente de EE UU enumeró una serie de medidas, enamarcadas en un Plan nacional para combatir la violencia, dentro de cuatro capítulos: nuevas leyes, nuevos agentes, nuevos fiscales y nuevas cárceles. Como parte de las nuevas leyes el presidente anuncié el envío de legislación al Congreso para doblar las sentencias en aquellos delitos en cuya comisión se emplee un arma de fuego, de los cinco años actuales a diez, sin que el convicto pueda acogerse a los regímenes de libertad vigilada o condicional. Bush propondrá que se aplique la pena de muerte en los delitos con pérdida de vida humana por utilización de arma de fuego. Es muy posible que se incluyan en este capítulo a los llamados reyes de la droga, que hayan sido condenados, a los asesinos a sueldo y a los terroristas.

Igualmente, el presidente anunció la creación de 825 nuevos agentes federales, de ellos 300 del FBI, dedicados a la lucha contra el crimen, así como la construcción de nuevas prisiones federales por un valor de 115.000 millones de pesetas.

Bush anunció que, tras un informe encargado a la Agencia para el Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego que será terminado en setiembre, propondría una prohibición total de importación de armas semi-automáticas o "armas de asalto", definiendo como armas semi -automáticas aquellas que son capaces de disparar más de 15 disparos con el mismo cargador. Pero como consecuencia de las presiones de la National Riffle Association, las nuevas medidas no contemplan la prohibición en la venta de este tipo de armas de fabricación nacional.

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