Cartas al director

Tiempo de pronósticos

Los acontecimientos en los últimos días deberían movernos a comparar la economía (encargada tal vez por el señor Solchaga)con los servicios meteorológicos (el hombre del tiempo). Cuando la gente que no se conoce, o incluso la que se conoce, ha agotado las trivialidades del tiempo atmosférico, empieza a hablar de economía. Las previsiones del hombre del tiempo son seguidas por una audiencia comparable a la del señor ministro respecto a la inflación. Ambas tareas son difíciles por los múltiples factores que considerar. Ambas tienen mala prensa. Cuando se equivocan (lo más frecuente) son comidill...

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Los acontecimientos en los últimos días deberían movernos a comparar la economía (encargada tal vez por el señor Solchaga)con los servicios meteorológicos (el hombre del tiempo). Cuando la gente que no se conoce, o incluso la que se conoce, ha agotado las trivialidades del tiempo atmosférico, empieza a hablar de economía. Las previsiones del hombre del tiempo son seguidas por una audiencia comparable a la del señor ministro respecto a la inflación. Ambas tareas son difíciles por los múltiples factores que considerar. Ambas tienen mala prensa. Cuando se equivocan (lo más frecuente) son comidilla obligada en la calle y en el trabajo, en la playa y en la estación de esquí. ¿Pero se imagina usted que el hombre del tiempo dejara de hacer predicciones acerca de lo que va a pasar mañana o el fin de semana o en las vacaciones? Pues igual con el señor ministro cuando renuncia a hacer predicciones acerca de la inflación. Señor Solchaga, por favor, siga haciendo pronósticos. Da igual,que se equivoque; es el único consuelo que nos queda a muchos (por ahora).-

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